Dosquebradas merece una mejor suerte de la que ha corrido
en los últimos lustros, ante la aparición de una serie de alcaldes
ineficientes, carentes de pensamiento estratégico e interesados,
fundamentalmente, en las nimiedades de la politiquería, incluidas acciones de
corrupción sorprendentes, que han permitido que crezcan las alforjas de muchos
funcionarios públicos, que encontraron en las posiciones de gobierno el camino
expedito para su jubilación.
Este municipio se pensó para que fuera una potencia
industrial, pero esos sueños de grandeza terminaron siendo una pesadilla.
Dosquebradas, que tiene sólo unas pocas industrias y un incipiente comercio,
realmente es un dormitorio de Pereira. Esta localidad genera muy poco valor
agregado a la economía.
En los últimos años, y debido a decisiones impositivas muy
onerosas promovidas en Pereira por el dúo Gallo-Maya, los constructores migraron
y fijaron su mirada en Dosquebradas, que con una planeación endeble, vio cómo
su paisaje se llenó de edificios. El caos urbanístico allí es impresionante,
así como el crecimiento demográfico; el aumento de los problemas de cobertura y
calidad de los servicios públicos básicos; y el empeoramiento de los
indicadores de movilidad debido a una deficitaria y pésima red vial.
Los dosquebradenses conocen la magnitud de los problemas
que sufren, pero cuando tienen la oportunidad de actuar para cambiar la
situación, no lo hacen, y eligen unos gobernantes sin experiencia, que se
rodean de unos equipos de trabajo extremadamente débiles.
Se avecina otra jornada electoral para escoger alcalde y
concejales. Sobre el tapete están una serie de nombres que no brindan garantías
de un cambio profundo en las costumbres políticas; y otros intentan mostrarse
haciendo anuncios grandilocuentes, pero inoficiosos. Incluso, existen aquellos
que cuentan con el respaldo de quienes están en la cárcel, y algunos saben que
la justicia se les está acercando demasiado y pueden terminar privados de la
libertad.
Por eso suena refrescante la noticia que se ha venido
ventilando en el mundillo político regional, en la que se anuncia la
posibilidad que el diputado Mario Marín Hincapié acepte ser el candidato
oficial del Partido Liberal para la Alcaldía de Dosquebradas. Con él, existe la
oportunidad para cambiar la manera como se conducen los asuntos públicos en
Dosquebradas, o sea, dándole mayor transparencia al manejo de los recursos e
introduciendo la planeación como elemento central de la gestión administrativa.
La sola especulación sobre el nombre de Mario Marín, ha
despertado el interés de sectores empresariales, de líderes sociales y de
organizaciones comunitarias, que conocen desde hace casi tres décadas, el
desempeño de este político que se destaca por su defensa del medio ambiente y
la promoción del deporte.
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