sábado, 31 de octubre de 2009

CON DISCULPAS NO SE SOLUCIONA EL DESEMPLEO

Hace seis meses escribí un artículo donde advertía que era muy probable que el desempleo de Pereira llegara al 24% al finalizar el año 2009, si subsistía el desinterés del gobierno local y de los empresarios por adoptar medidas de choque para garantizar la apertura de nuevos frente de trabajo para la gente. Y como nadie hizo nada a tiempo y la dirigencia pereirana se quedó esperando a que el presidente Uribe solucionara todos los problemas de la ciudad, entonces el paro laboral siguió su camino ascendente, hasta ubicarse al cierre del mes de septiembre en un catastrófico 23.1%, luego de venir del 21.3% de agosto.

Como siempre, hay una disculpa oficial. La que está aduciendo el alcalde de Pereira, Israel Londoño, es que el desempleo se debe a que este municipio es un epicentro de desarrollo comercial al cual llega mucha gente de las localidades vecinas. Una explicación simplista y poco convincente, porque las tres ciudades que hoy exhiben la menor desocupación en Colombia también son receptoras de población.

Por ejemplo, Bucaramanga tiene una desocupación del 9.1% y recibe no sólo desplazados por la violencia, sino que es un sitio muy atractivo para los habitantes de las pequeñas poblaciones de Santander que esperan recomponer sus vidas allí. A sus lares también llegan muchísimas familias venezolanas que huyen del régimen chavista. Además, le ha tocado sentir en carne propia la drástica caída de las exportaciones a Venezuela, que han afectado especialmente a la ganadería, la avicultura y la industria del cuero. Pero el gobierno local ha actuado categóricamente.

Y qué tal el caso de Villavicencio, que aparece con un desempleo del 9.9%. Esta ciudad es la puerta de ingreso y salida del Llano y el sitio preferido por los habitantes de la Orinoquia para vivir. El sector privado ha jugado un papel fundamental en los últimos cinco años para controlar el desempleo.

Y para acabar de refutar al alcalde Londoño, Barranquilla, que es más importante que Pereira en términos de movimiento comercial y desarrollo industrial, crece constantemente en población, dado que la mayoría de los habitantes del Caribe quieren asentarse en “La Puerta de Oro”, la misma que hoy tiene un desempleo del 11.1%, gracias a la inversión pública que realiza desde hace un año y medio la Alcaldía.

Un agregado. Qué horror la decisión de los concejales de Pereira de declarar al arbitro Oscar Julián Ruiz como persona no grata. Esta actuación le hizo un grave daño a la imagen de la ciudad. Si el Deportivo Pereira va a descender de categoría es por su propia incapacidad deportiva y no por el informe de un árbitro sobre los hechos ocurridos en Pasto. El Concejo, así se haya echado para atrás en su declaración, originó un ruido innecesario, que nos avergüenza a los pereiranos.

domingo, 25 de octubre de 2009

LOS PEREIRANOS ESTÁN FELICES POR NADA

¿Qué efecto sobre el desempleo actual de Pereira tendrá el giro de $10.000 millones para la construcción de la avenida San Mateo a mediados del próximo año? ¿Cómo impactará al empleo local una partida de $15.000 millones, que se desembolsará en 2010, para la construcción del intercambiador de Megabús en el municipio de Dosquebradas?

La respuesta a estos interrogantes es una e incontrovertible: estas inversiones no tendrán un efecto real para revertir la actual situación de desempleo. Como tampoco la tendrán las obras del anillo longitudinal y la remodelación del Estadio, que se ejecutarán en 2010.

Se ha querido vender la idea de que el Bioparque de Flora y Fauna y los proyectos habitacionales de El Remanso y Gonzalo Vallejo, son un respiro para el desempleo pereirano, pero estas iniciativas, si se cumple con el re-re-re-anuncio del giro de los recursos nacionales, apenas sí se estarán ejecutando a finales de 2010.

Tampoco es creíble que la creación de dos nuevas zonas francas para Pereira, si es que las aprueba el Ministerio de Comercio, sean parte de las acciones anticíclicas para enfrentar la crisis de desempleo que se vive hoy, dado que ellas requieren inversiones por US$42 millones y, yéndoles bien, se ejecutarán en los próximos cinco años.

La reciente visita del presidente Uribe a Pereira dejó a todos los asistentes bastante emocionados y sembró la sensación pública de que con la reiteración de sus compromisos, está resuelta la crisis de empleo.

Evidentemente se le agradece al gobierno central el interés por discutir los problemas locales de Pereira y ayudar a buscar soluciones. Se le abona al alcalde Israel Londoño promover todas estas reuniones y verlo tan eufórico con las expectativas que despiertan los anuncios oficiales.

Sin embargo, quedan en el ambiente dos hechos que merecen un análisis responsable por parte de los ciudadanos. El primero, que se llegó a esta crisis de empleo en Pereira por la irresponsabilidad del Alcalde y de los gremios para enfrentar con anticipación una situación que se veía venir. El segundo, como lo sugiere el editorial del periódico La Tarde, los pereiranos, siempre tan inhiestos y con un espíritu de lucha inquebrantable, han asumido una actitud mendicante ante el gobierno central producto de una administración pública local bastante laxa y con muy poco liderazgo.

Un agregado. Señor Alcalde de Pereira, dice un comunicado oficial de su despacho, que usted le pidió a su homólogo de Nueva York la creación de una agencia de cooperación para dinamizar la economía y el empleo local. Por si no lo sabe, el gobierno americano cuenta ya con esa Agencia y se llama USAID, que funciona en la Carrera 45 No. 24b – 27, en la misma sede de la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá.

martes, 20 de octubre de 2009

EL CHISTE DEL AÑO: “COLOMBIA TENDRÁ CRECIMIENTO ECONÓMICO”

El gobierno quiere hacernos creer a los colombianos que la crisis financiera mundial apenas sí nos rozó. Y en una descarga de optimismo, a pesar todas las evidencias entregadas por el Dane, los gremios económicos y los centros de investigación, vende la idea de que tendremos un crecimiento positivo de la economía al finalizar el año.

Sin embargo, la gente en la calle no adhiere a las suposiciones ni a las predicciones de las voces gubernamentales, las mismas que insistieron que estábamos blindados económicamente, mientras todos los ventarrones de la crisis nos cegaban.

Los ciudadanos tienen la convicción de que la crisis está más vigente que nunca y por ello actúan discretamente frente al consumo. Las personas ya no compran en la dimensión ni con la misma intensidad de antes. Ahora cuidan cada peso y se está imponiendo la previsibilidad.

A lo mejor el Ministro de Hacienda, por andar metido entre tanto tecnócrata internacional y almorzando con tanto banquero nacional, a los único que les ha ido bien en medio de la crisis, no pueda palpar lo que está sucediendo en la microeconomía.

Algunos ejemplos de la cotidianidad nos permiten ver la realidad de la economía colombiana, sin tener que ser expertos para develar la dimensión de las desastrosas cifras de la industria en los primeros nueve meses de este año, la caída del sector agrícola (a pesar del programa IAS), el descenso de sectores vinculados con la construcción, los amargos momentos del comercio minorista, la desazón de los autopartistas, la preocupación del sector automotriz, el desespero de los exportadores y la desesperanza de los avicultores.

Los ejemplos cotidianos tienen que ver con que cada vez más empleados de nivel medio y medio alto llevan fiambrera al trabajo; más personas están dejando el carro en casa y buscan opciones en el transporte público; la compra de ropa nueva es cada vez más espaciada y se prefieren las marcas de diseñadores populares; las salidas a los almuerzos familiares de fin de semana se han cambiado por el ajiaco, los frijoles o el asado casero; la ida a cine le está ganando de mano a la rumba aguardientera; el uso de celulares callejeros a $150 el minuto reemplaza la recarga del prepago; los periódicos y las revistas ya no se compran sino que se leen en Internet; los créditos hipotecarios son sinónimo de un “tumbis” bancario; el uso de tarjeta de crédito es una práctica que ha ido a menos; la poca actividad turística está dejando vacías las playas y los parques temáticos; se está apelando más al uso del transporte terrestre que al aéreo; el servicio doméstico de limpieza ya sólo se utiliza dos veces a la semana. En fin, la gente está tratando de ahorrar hasta el último peso, bien porque quiere guardar para cuando se agrave mucho más la situación económica (las encuestas dicen que ha empeorado la percepción de confianza sobre el futuro) o porque los ingresos ya no alcanzan.

Estamos en tiempo de cinturón apretado y dejando los gusticos para después. Si este comportamiento de los consumidores persiste, será muy difícil que la economía se pueda recuperar por la vía de la demanda.

lunes, 12 de octubre de 2009

La renovación urbana de Pereira es una decisión inaplazable

Bogotá está anunciando una inversión de $1.1 billón en los próximos cinco años para renovar su zona central, que consta de 1.200 manzanas y donde se concentra gran parte de la actividad financiera, la institucionalidad pública, los hoteles, los edificios de grandes empresas, el comercio tradicional, las iglesias y los espacios de educación universitarios. Por allí desfilan diariamente un millón y medio de personas.

Hoy este centro es caótico. No es agradable. No es funcional. Es bastante inseguro. Existen amplias zonas deprimidas, con calles destruidas y con edificaciones que amenazan ruina. El gobierno distrital cree que es posible una modificación radical de estas condiciones y para ello lo intervendrá de manera paulatina.

Pensar en una acción similar para Pereira no es descabellado. Ya se han dado los primeros pasos. Hace cerca de una década se semipeatonalizó el centro de la ciudad, pero no se pudo concretar el propósito de convertir un tramo de las carreras séptima y octava en zonas comerciales abiertas al mejor estilo de las ciudades europeas, debido a las presiones de líderes gremiales, que con una actitud miope y provinciana consideraron que sería perjudicial evitar el transito automotor por los alrededores de los parques de Bolívar, El Lago y La Libertad.

Esta visión torpe y cortoplacista del desarrollo urbano, promovida especialmente por voceros de Fenalco, es la responsable de que el actual centro de Pereira sea un bazar de mala muerte, que los comerciantes tradicionales estén arruinados, que la inseguridad sea una constante diaria y que la gente ya no quiera visitar este sector, que de acuerdo con los reportes de los medios de comunicación, quedó en poder de la mendicidad, la delincuencia y la prostitución.

El centro de Pereira consta de 164 manzanas y allí habitan cerca de 20.000 personas. Es una de las pocas áreas céntricas del país donde aun vive la gente, lo que se convierte en un potencial para enfrentar un proceso de renovación urbana que debe servir para dotar a la ciudad de bulevares, aprovechando manzanas enteras que no se pueden construir por los riesgos que se generan durante la ocurrencia de terremotos, y que hoy son botaderos de basura y refugio de delincuentes. Intervenir los espacios urbanos más deprimidos para construir allí complejos habitacionales, nuevos edificios gubernamentales y más centros comerciales que complementen los esfuerzos realizados en torno a Ciudad Victoria, es una posibilidad totalmente cierta siempre y cuando exista voluntad política.

Los pereiranos no se pueden dar el lujo de clausurar la posibilidad de tener un centro moderno que privilegie al peatón, lleno de áreas verdes, fuentes de agua, ciclovias, juegos infantiles, zonas recreacionales, servicios gubernamentales, unidades habitacionales mejoradas y calles y andenes amplios.

Los dirigentes locales deben entender que es necesario seguir mejorando las condiciones de la ciudad para mantener la preeminencia en la competitividad regional, especialmente ahora, cuando en Armenia y Manizales las grandes marcas comerciales están construyendo sus superficies; los inversionistas están en la tarea de levantar hoteles, centros de exposiciones y nuevas atracciones turísticas; y el gobierno nacional empieza a girar los dineros necesarios para construir y actualizar aeropuertos y ampliar la infraestructura vial, además de impulsar la actividad logística.

Pereira no puede entrar en una fase de adormilamiento generalizado ni contagiarse del mal gobierno local, pues ello conduciría a un inminente retroceso en su desarrollo, situación que sería aprovechada por las ciudades vecinas, que han acelerado su crecimiento, han atraído inversiones privadas y son consentidas por el gasto público del gobierno nacional.

miércoles, 7 de octubre de 2009

PIEDAD ES LA MUJER MÁS IMPORTANTE DE COLOMBIA

Negra, vendepatrias, traicionera, anticolombiana, comunista, guerrillera, estúpida… Estos son apenas algunos calificativos publicables que le dicen diariamente a Piedad Córdoba, aquellas señoras y señores cuya importancia relativa para el país es ninguna, pero que afilan su lengua apenas aparece públicamente la Senadora.

Piedad Córdoba es una indeseable para la mayoría de los colombianos. A ella, en un país terriblemente segregacionista, no le perdonan su color de piel. Ser negra o negro en Colombia es una condena anticipada a la discriminación. Casi ninguna esfera importante de la vida social y económica acepta a los negros. El general More y la ministra de cultura Paula Marcela Moreno, son las excepciones, no por el querer de las poderosas mafias políticas, sino por un mandato expreso de la influyente Black Caucus, a la cual pertenecen los congresistas negros de los Estados Unidos y de la que hizo parte el presidente Obama.

A la senadora Córdoba nunca la van a querer en un país donde a la gente le gusta hablar en términos figurativos, donde reina el chisme y la conseja, donde las verdades son a medias y donde el anónimo tiene un papel central en los acontecimientos rutinarios. Este es un escenario poco propicio para una mujer que habla claro y dice lo que piensa.Cómo va a ser posible que a Piedad, la que habla duro y de frente, la pueda acoger una nación tremendamente machista, donde la mujer no tiene espacios para manifestarse; es objeto permanente de agresión física, moral y sexual; y está excluida de las grandes decisiones políticas y económicas.

A ella la llaman traicionera y vendepatria porque no hace parte de las mayorías, ni se pone las rodilleras institucionales, ni se deja convencer de los discursos mesiánicos, ni hace parte de las multitudes esquizofrénicas.Los calificativos de guerrillera y comunista se los endilgan porque su posición política de la más pura entraña liberal, se contrapone a las expresiones gubernamentales.

La gente al perder el norte de la esencia filosófica de los partidos políticos, es incapaz de entender un discurso que defienda las libertades, que propenda por el libre examen y que procure salidas negociadas antes que una guerra fratricida.Sin ninguna duda, Piedad Córdoba es la mujer más importante de la política en Colombia, para no decir que es la colombiana más vistosa y destacada en el escenario internacional.

Ella, por su gran arrojo, ha podido más en el tema del secuestro, que la retórica gubernamental. Ella ha concentrado mucha más atención de los grandes poderes mundiales que la deplorable política diplomática del gobierno. Por sus propios méritos, en contra de la voluntad de los jefes de su Partido, sin medir riesgos, llegando incluso a los excesos, le ha permitido a decenas de familiares de secuestrados mantener prendida la llama de la esperanza de poder volver a ver a sus seres queridos con vida y en libertad.

Mientras Piedad cumple con la loable misión de buscar la libertad de los secuestrados por las FARC, en los cafés, en las oficinas, en los taxis, en las universidades, en los salones de belleza, en los campos de golf de Colombia… hay señores y señoras, sin ninguna importancia relativa para el país, hablando de esa negra, guerrillera, vendepatrias, traicionera y estúpida. Entretanto, el Instituto de Investigaciones de Paz de Oslo confirma que la senadora Piedad Córdoba está en la lista de elegibles para el Premio Nobel de la Paz en 2009.

jueves, 1 de octubre de 2009

PEREIRA, EN EL PEOR DE LOS MUNDOS

Para el alcalde de Pereira, Israel Londoño, no es cierto que Pereira sea el líder nacional en desempleo y descalifica los datos del DANE. Esta es una posición profundamente desesperada de alguien que inició su gobierno en enero de 2008 con una tasa de desempleo en la ciudad del 13,4%, que en ese momento era la cuarta más alta del país.

Inconcebiblemente este Alcalde y su equipo de gobierno no le hicieron seguimiento a este tema, ni siquiera cuando dos meses después de asumir el cargo la desocupación se había trepado al 15,2%, la segunda más alta del país después de Ibagué.

La despreocupación en la Alcaldía de Pereira creció luego de conocerse que en noviembre de 2008 la tasa de desempleo había caído al 12,7%. Nadie volvió a hablar del tema. Todos se fueron tranquilos a comer natilla y buñuelos durante la temporada decembrina.

Cuando llegó marzo de 2009, Pereira se ubicó en el tercer lugar de desocupación con el 17,3% y tanto el alcalde Londoño Londoño como los voceros gremiales, se hicieron los de la vista gorda. Sólo vinieron a preocuparse cuando la ciudad asumió el liderato del desempleo nacional en el mes de mayo con el 19,7%.

Y fue Troya, cuando el índice alcanzó el 20,7% en junio de 2009. Y la desesperación cundió en julio y agosto una vez el dato llegó al 21,5% y 21.3%, respectivamente.

La tendencia del desempleo venía en alza durante casi dos años y el alcalde Pereira no se dio por enterado. Estaba más preocupado por las nimiedades de la politiquería, por posar en las fotografías con las reinas en las festividades de La Cosecha o por salvar del descenso al Deportivo Pereira.

Y ahora, cuando el mundo se le vino encima. Cuando los ciudadanos lo consideran un gobernante ineficiente. Cuando los resultados de su gestión son bastante pobres. Sólo ahora, viene a entregar unas declaraciones desaliñadas a los medios de comunicación nacionales, donde le pide al DANE que le entregue a él la base de datos de la encuesta, porque con ella sería capaz de identificar el problema, saber las causas y encontrar las soluciones ideales. En otras palabras, el mensaje que mandó es que no tiene la menor idea de lo que está pasando con el desempleo, y obviamente no sabe cómo atacarlo.

Así las cosas, los pereiranos están en el peor de los mundos.