lunes, 21 de marzo de 2011

Botero, del apoyo ciudadano a los brazos de Soto


El médico Carlos Alberto Botero les insistió a sus seguidores que al no lograr respaldo entre los dirigentes liberales de Risaralda para aspirar nuevamente a la Gobernación, lo haría a través de la recolección de firmas, y fue enfático en manifestar que no se matricularía en el Partido de la Unidad Nacional.

Con ese convencimiento, decenas de jóvenes se entusiasmaron y como voluntarios empezaron a recorrer el departamento recolectando firmas. Miles de personas fueron seducidas por un discurso en el que se privilegiaba un movimiento social y no un partido político.

Sin embargo, la realpolitik fue la que se impuso y demostró nuevamente que el discurso ético de tramitar una campaña política basada en ideales y no en intereses personales, sigue siendo una quimera en Risaralda.

Mientras continuaba con la recolección de firmas, el médico Botero se apoyó en el brazo diestro del exparlamentario liberal Octavio Carmona, buscando que su maquinaria política le ayudara a atravesar el duro camino hacia las elecciones.

Carmona, un político con escasa formación académica, pero gran perrenque en el trabajo con las bases, se echó al hombro la campaña, no sin antes dejar en claro cuáles eran sus intereses una vez lograran ganar las elecciones. En el pasado, en iguales circunstancias, le impuso al Partido Conservador el nombre de Víctor Manuel Tamayo, y ganó.

Botero, quien fue elegido hace ocho años como Gobernador a nombre del liberalismo, pero con el respaldo de casi todas las fuerzas políticas del departamento, concluyó que izando la bandera ciudadana era casi imposible llegar nuevamente al Palacio Gris. Y por ello, buscó y encontró cobijo en el Partido de la U, al cual menosprecio en un principio.

La U tenía un acuerdo firme con el Partido Conservador, donde este ponía el candidato a la Gobernación y aquel el aspirante a la Alcaldía de Pereira. Pero el senador Carlos Enrique Soto, un viejo zorro de la política, comprendió que estaba perdido, porque el liberalismo con Juan Manuel Arango era imbatible para la Alcaldía y el conservatismo con Sigifredo Salazar no sería capaz de obtener el triunfo.

En esta situación, se encontraron Carlos Botero y el senador Soto y sellaron un pacto que se mantuvo oculto durante varios días. Cuando se hizo público, hubo decepción en el conservatismo que creyó en la palabra del Senador uribista y una gran desazón entre aquellos que volvieron a acariciar la posibilidad de una campaña ciudadana, alejada de los partidos políticos.

Hoy Botero es el candidato del Partido de la U. Botero gana en las encuestas luego de dos años de una intensa campaña electoral por los municipios de Risaralda. Él construirá una llave con Enrique Vásquez Zuleta, candidato de esa colectividad a la Alcaldía de Pereira.

Botero luchará por mantener el apoyo de miles de personas que confiaron en su propuesta de llegar a las elecciones con el respaldo de firmas. Además, trabajará para que los seguidores de la U lo acojan en su seno, ansiosos de poder ganar una de las dos posiciones de elección popular más importantes del departamento.

Sin embargo, la política real muestra que Botero ha venido descendiendo paulatinamente en las encuestas que se han realizado, a pesar de cuadruplicar a cada uno de sus contendores, quienes ascienden lentamente en las preferencias electorales.

Botero acaba de ingresar a un partido político fuertemente cuestionado por los resultados que ofrecen los gobernantes que lo representan, y que evidentemente muestra un desgaste contundente, que hace que los electores no estén dispuestos a renovarle fácilmente su respaldo.

El médico Botero es ahora miembro de una organización donde él no encontrará candidatos a las alcaldías de Pereira y Dosquebradas que lo remolquen y le sumen, porque son muy débiles y con escasas opciones de ganar.

El exgobernador, en esencia, cambió las firmas de 50.000 risaraldenses por el apoyo político del senador Carlos Enrique Soto, el representante Didier Burgos, el exparlamentario Octavio Carmona, la exsenadora Elsa Gladys Cifuentes, el excandidato al senado Juan Carlos Valencia, el exsenador Germán Aguirre, la concejala Judith Giraldo, la exalcaldesa Martha Bedoya y la dirigente uribista María Isabel Mejía.