lunes, 24 de marzo de 2014

Colombia reduce la pobreza, pero todavía falta mucho

Colombia tiene en la actualidad 14.5 millones de personas atrapadas en la pobreza y de estos 4.3 millones en la pobreza extrema. En la última década el país ha disminuido en un 38% sus niveles de pobreza y en 49% la pobreza extrema, gracias a inversiones sociales basadas en los subsidios a través de programas como las redes Unidos y Juntos y la iniciativa de Familias en Acción.
 
Aunque los avances han sido muy importantes, el país requiere mejorar sus estrategias de lucha contra la pobreza, para que quienes superen esta condición no vuelvan a caer en ella. Los modelos de acción tienen que ser sostenibles económica, financiera y socialmente. Y los programas deben depender cada vez menos de los subsidios condicionados.
 
Las ciudades con mejores niveles de pobreza extrema son Bucaramanga (1.2%) y Bogotá (1.6%). En este ítem los peores resultados son los de Cúcuta (6.0%) y Montería (6.5%). El promedio nacional se ubica en 9.1% y el de las 13 áreas metropolitanas en 3%.
 
Con respecto a pobreza, Bogotá (10.2%) y Bucaramanga 10.3%) repiten con los mejores indicadores, mientras los resultados más malos se viven también en Cúcuta (31.3%) y Montería (34.8%). El promedio de todo el país fue en 2013 de 30.6%, en tanto el de las áreas metropolitanas se ubicó en 17.5%.
 
Doce de las trece ciudades metropolitanas disminuyeron los índices de pobreza entre 2012 y 2013. Los mejores resultados los consiguió Pasto al pasar de 36.8% a 30.5%, o sea, un mejoramiento en este indicador del 17% en un solo año. Le siguieron Ibagué (13%) y Bogotá (12%). La únicamente capital metropolitana que vio subir la pobreza fue Pereira con 10%.
 
En cuanto a la pobreza extrema, cuatro ciudades metropolitanas la aumentaron entre 2012 y 2013 Montería (3%), Manizales (8%), Cúcuta (18%) y Pereira (70%).
 
En Pereira se dispara la pobreza y la miseria
 
La situación de Pereira alertó a las autoridades nacionales. En un sólo año se desplomaron sus indicadores de pobreza y miseria, lo que está unido a la falta casi absoluta de gobernabilidad. El alcalde de esta capital, Enrique Vásquez (Partido de la U), ha sido calificado por las encuestas territoriales (Panel de Opinión y CM&) como el mandatario con menor favorabilidad en Colombia y con mayores cuestionamientos sobre los resultados de su gestión.
 
Lo anterior tiene otros dos ingredientes preocupantes. El primero, que Pereira ha mantenido un nivel de desempleo 40% superior al del país durante los últimos cuatro años, y que las remesas del exterior, que benefician a cerca del 35% de las familias pereiranas, han disminuido 30% desde 2010, coincidiendo con la crisis financiera de Europa, Estados Unidos y Venezuela.
 
Finalmente, uno de los barrios más críticos de Pereira, Villasantana, una invasión promovida por sectores conservadores hace cerca de tres décadas, y la cual se ha venido legalizando paulatinamente, concentra la mayor parte de la pobreza local, y de acuerdo con reportes de las autoridades y de los medios de comunicación, tiene el 70% de las bandas criminales que operan en esa ciudad, lo que ha disparado los índices de homicidios (34 por 100.000 habitantes). Cabe recordar que Pereira fue calificada como una de las 50 ciudades más violentas del mundo según la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

lunes, 10 de marzo de 2014

El poder liberal en los departamentos de Colombia

Santander, Cauca, Putumayo y San Andrés fueron departamentos donde  mayoritariamente ganó el Partido Liberal las elecciones para Senado.

En la Cámara de Representantes las mayorías liberales fueron en Magdalena, Chocó, Meta, Cauca, Casanare, Caquetá San Andrés y Amazonas.

En total, el liberalismo consiguió mantener las 17 posiciones en el Senado y sumó 39 escaños en la Cámara.

Otros resultados importantes para la Cámara se vivieron en Antioquia (4 curules), Bogotá (3), Valle (3) y Santander (2). En general el Partido Liberal obtuvo representación en esta Corporación en 27 departamentos y en Bogotá.

Los votos totales para Senado fueron 1.749.000, mientras que para Cámara alcanzaron 2.023.000. En Senado el liberalismo fue la cuarta fuerza electoral del país, en tanto fue la primera en Cámara.

El Partido de la U tiene en el Congreso 58 curules (21 en Senado y 37 en Cámara), El Partido Liberal posee 56 escaños (17 en senado y 39 en Cámara). Partido Conservador 46, Centro Democrático 31 y Cambio Radical 25.


Los partidos pertenecientes a la Unidad Nacional que respaldan la reelección del presidente Juan Manuel Santos, o sea, Partido Liberal, Cambio Radical y Partido de la U, tienen 92 de los 167 representantes a la Cámara y 47 de los 102 senadores. Sin embargo, se espera el ingreso de un amplio sector del Partido Conservador y de otras colectividades políticas a este propósito.

viernes, 7 de marzo de 2014

¿RISARALDA SIN SENADORES?


La crisis del Partido Conservador en Colombia, que de acuerdo con encuestas y sondeos de opinión, perdería la mitad de los escaños actuales, tendría repercusiones en Risaralda, dado que de presentarse esta situación, Sammy Meregh Marun no lograría llegar al Senado de la República. En 2010 ocupó el puesto 19 entre las 22 curules que conquistó este Partido.

En el Partido de la U están seguros que bajarán su representación en el Senado en por lo menos el 40%, y que en departamentos como Risaralda y Antioquia sufrirán los peores reveses, debido esencialmente a la presencia en el tarjetón del Centro Democrático de Álvaro Uribe, quien encabeza la lista cerrada. Estos tdos departamentos son los que proporcionalmente más han respaldo al exmandatario en elecciones pasadas.

La situación de Meregh es complicada, dado que un sector muy amplio del Partido Conservador decidió no seguir acompañándolo electoralmente. A esto se suma que ha perdido respaldos en el Valle y Nariño, donde tanto él como su hermano Habib, habían logrado importantes cantidades de votos. La votación total de Sammy en 2010 fue 46.941 sufragios.

Risaralda cuenta con un senador por el Partido de la U, Enrique Soto, quien se podría ver afectado por los votos que le reste Uribe. Aunque Soto cuenta con el respaldo pleno del Alcalde de Pereira y el Gobernador de Risaralda, ha evidenciado, según propios dirigentes de su campaña, el efecto Uribe, dado que la gente tiene una gran recordación del expresidente y un sentimiento de gratitud por lo que hizo en favor de la seguridad.

Soto logró el Senado en 2010 con 57.529 votos, de los cuales 43.000 los obtuvo en Risaralda. En ese momento contó con el apoyo del Alcalde (Israel Londoño) y de un sector muy amplio del Partido Liberal (tres diputados). A esto se agrega que tenía todo el respaldo, incluso publicitario, del entonces presidente Uribe. Hoy ya no cuenta con la totalidad de esos beneficios, aunque se le reconoce su capacidad de trabajo y su poder sobre la administración pública, o sea, sobre contratos, nombramientos, distribución de beneficios sociales y ejecución de obras públicas.

A todo esto se suma el hecho de que la senadora del Polo, Gloria Inés Ramírez, quien vive en Risaralda, pareciera no tener el musculo electoral suficiente para retener su curul. La señora Ramírez ha conquistado muy pocos votos en Risaralda en elecciones pasadas, pero es una de las parlamentarias más comprometidas con los proyectos del departamento. En 2010 salió elegida con 36.339 votos.

Ojalá, por la representación política de Risaralda en el Senado, no se pierdan las tres curules que hoy se tienen. Pero los riesgos son muy altos.

Es oportuno recordar que en las elecciones de 2010, candidatos al Senado no oriundos o con intereses directos en Risaralda, conquistaron alrededor de 125.000 votos. Ahora con pesos pesados de la política nacional incursionando en el departamento (Uribe, Serpa, Navarro, Robledo y Galán) y otros muy fuertes en la zona cafetera (Delgado, Franco y Sierra), esa cifra podría crecer ampliamente en contra de los políticos locales que aspiran llegar a la cámara alta.

domingo, 2 de marzo de 2014

Centro Democrático: Una sola voz, una sola imagen

De acuerdo con las encuestas de los últimos días, el Centro Democrático, colectividad política que maneja el expresidente Álvaro Uribe Vélez, disputará con el Partido Liberal la preeminencia electoral para Congreso el próximo 9 de marzo.

Los buenos resultados del movimiento uribista en las encuestas se debe a que el exmandatario está buscando presidencializar la campaña y para ello utiliza su imagen personal y el mismo eslogan que usó en las dos campañas presidenciales que ganó en 2002 y 2006: “Mano fuerte y corazón grande”.

Uribe tiene un alto nivel de recordación y despierta sentimientos de solidaridad en varios sectores de la población, que animados con su regreso a la arena electoral quieren premiarlo con el voto, aunque desconocen los alcances de su proyecto político.

El expresidente ha preferido la imagen televisiva de su campaña, a los debates públicos. Esta decisión le ha quitado la posibilidad a los electores de saber qué está pensando él con respecto a temas cruciales del país.

Hubiera sido oportuno que Uribe le explicara a los colombianos, con total claridad cuál ha sido su papel en los recientes escándalos de corrupción y filtraciones en el Ejército.

Para el país sus opiniones con respecto a la paz, tendrían un gran valor, dado que hoy la sensación es que está en contra de los diálogos del gobierno con las FARC, los mismos que él persiguió durante años cuando ejerció la presidencial, y no se pudieron concretar.

Los colombianos, sin duda, agradecerían mucho que el expresidente Uribe explicara algunas de sus actuaciones en el gobierno, que han dado para que paramilitares extraditados lo hayan señalado en varios oportunidades de haber conocido sus movimientos, de haber aceptado su colaboración electoral y se haber protegido a algunos políticos vinculados con la parapolítica.

Uribe es un personaje de primer orden en la vida política nacional. Su gran fortaleza, y quizás la única, fue haber acorralado a las guerrillas y crear la sensación de un país pacificado, aunque en realidad no obtuvo ninguna victoria militar contundente que derrotara a la insurgencia. De otro lado, las negociaciones con los paramilitares, llenas de errores, permitieron la creación de bandas criminales a lo largo del país, que son las responsables de una violencia cruel que sigue produciendo centenares de muertes y avivando la sensación de inseguridad.

Fuera de los temas de seguridad, Uribe poco tuvo para mostrarles a los colombianos. El desempleo nunca cedió; la inversión extrajera se asomó timorata; los tratados de libre comercio no se pudieron firmar porque él no generaba confianza con las contrapartes gubernamentales; las relaciones internacionales fueron un fracaso; la pobreza y la miseria se mantuvieron en niveles altos; las políticas de vivienda, salud y educación apenas sí mostraron unos éxitos reducidos, que se magnificaban a través de una estrategia publicitaria que anestesió a la opinión pública, la misma que hoy aplaude su regreso a la lucha electoral.

Uribe animará, sin duda, los debates en el Senado. Su prestigió permitirá que otras personas ocupen sillones en esta Corporación.  Esos nuevos senadores son desconocidos para la opinión pública. Lo único que se sabe de ellos es que son obsecuentes seguidores de lo que ellos llaman la liturgia uribista. Ninguno ha tenido la ocasión de mostrarse en los espacios publicitarios. Sus rostros están ensombrecidos por la rutilante figura del dueño del movimiento político, que es el único que tiene derecho a aparecer ante las cámaras. Elegir Senadores fantasmagóricos es una aberración democrática.