sábado, 2 de agosto de 2008

LA ECONOMÍA EN PEREIRA NO MARCHA POR BUEN CAMINO

Las cifras que revelan los líderes gremiales y los empresarios, muestran que la economía de Pereira no está marchando de manera ideal. Se está viviendo una contracción en la construcción y el comercio por las altas tasas de interés, la revaluación, la restricción del crédito, el aumento del desempleo y la pérdida de confianza en el futuro, lo que podría ampliarse a otros sectores en el corto plazo. Los agricultores, incluidos los cafeteros, están también viviendo un momento crítico.
En el sector específico de la construcción se presenta un fenómeno bastante grave: la valorización de los inmuebles nuevos ha disminuido un 2.3% del promedio histórico y se ubica como la más alta tasa del país, lo cual sugiere que empezó a desaparecer en Pereira el incentivo para quienes compran vivienda con el afán de venderla posteriormente a un precio mayor. A esto se agrega que el precio de la vivienda nueva en esta ciudad también está cayendo, mientras en Bogotá, Cali y Medellín continua subiendo.
El otro hecho, es que varios proyectos se han abstenido de jugar en el escenario de la fiducia y prefieren asumir riesgos con sus propios recursos o con dineros provenientes del crédito, y están a punto de repetir la triste historia de 1998, cuando la mayoría de constructores se quebró porque la demanda se contrajo dramáticamente. Se sabe que muchas urbanizaciones tienen dificultades en las ventas y que según resultados de la encuesta DANE, la construcción a nivel nacional ha disminuido un 5.8% su dinámica de crecimiento y ha prescindido de cerca del 9% de sus empleos, la mayoría de ellos relacionados con mano de obra no calificada. En Pereira, bajaron en 33,6% el número de metros licenciados entre enero y junio de 2008.
En la construcción se está reviviendo la historia del UPAC, ahora con el nombre de UVR, debido a las altas tasas de interés y a la disparada del índice de inflación. Muchos pereiranos se están empezando a atrasar en el pago de las cuotas, tal como está sucediendo en Estados Unidos y en algunos países de Europa. Podría ocurrir, si las autoridades monetarias y el gobierno nacional no adoptan medidas de choque radicales, que el valor de las viviendas en el mercado colombiano empiece a ser más bajo que las deudas, y que la valorización de la propiedad desaparezca.
El largo periodo de bonanza del sector inmobiliario en Pereira originó un crecimiento exagerado de los precios por metro cuadrado, debido al encarecimiento de la tierra urbana y la llegada a borbotones de divisas, una parte originada en el siempre lucrativo negocio del narcotráfico, y otra sustentada en las remesas de quienes viven en el exterior, que impulsaron procesos especulativos. El papel de la construcción en los últimos años fue nuevamente el de servir como marcador e impulsor de la expansión de la economía local y de motor para el desarrollo de otros sectores de la producción como acabados, alfombras, maderas, textiles, accesorios decorativos, muebles y electrodomésticos.
Si la construcción entra en crisis, como lo hacen prever todos los indicadores, el golpe será dramático para la sociedad, porque se aumentará el desempleo, disminuirán los ingresos públicos por la vía de impuestos, se contraerá la demanda, aumentará la cartera de los bancos y disminuirá la inversión pública.
El futuro de este panorama tan crítico será un aumento del nivel de pobreza, perdiéndose de esta manera algunos esfuerzos que se han hecho en los últimos años por tratar de vencer esta enfermedad social.
La pobreza en nuestra sociedad se ha vuelvo endémica por una razón sencilla: desigualdad en la redistribución de la riqueza, ya que los actores privados se han apoderado de ella y sólo han dejado algunas migajas para la generalidad de la sociedad. El crecimiento pasado de la economía superior al 7% no benefició a las familias pobres y se concentró especialmente en los dueños del capital.
En Pereira ya no se está respirando tanto optimismo. Los empresarios y la gente presienten que el futuro de la economía tendrá problemas y que sus implicaciones serán graves.