martes, 5 de abril de 2011

Pereira ya no es el centro del triángulo de oro

Durante décadas la frase más usada por los planificadores era: “Pereira, el centro del triángulo de oro”, para significar que esta ciudad era un paso obligado para conectar los tres grandes mercados del país: Bogotá, Cali y Medellín.

Pero esa posición geoestratégica ya no es cierta. Pereira no es el centro del triángulo de oro. Esta capital está quedando aislada. Los caminos ya no pasan obligatoriamente por ella.

Se han abierto nuevas obras de infraestructura vial que hacen que la ruta económica Buenaventura – Bogotá – Caracas no pase por Pereira sino que se haya trasladado al trazado Tebaida – Tuluá.

Cuando se quiere llegar a Manizales, norte del Valle o Medellín, los viajeros miran desde lejos los edificios de Pereira, dado que hay vías rápidas que impiden que los carros entren a la ciudad, como la carretera El Pollo – Chinchiná y próximamente la Sur – Sur.

Cuando una ciudad ya no es paso obligado del transporte, entra en el olvido. Esto es lo que está pasando con Ibagué, Manizales y Armenia, que ya no son un cruce o una parada para la gente. Pereira va camino de convertirse en una ciudad que se observará desde la distancia.

La decisión de aislar a Pereira del tráfico automotor es un error garrafal para una ciudad comercial.