miércoles, 8 de agosto de 2018

MACÍAS, EL TÓXICO


Resultado de imagen para MaciasEl senador Macias tenía la obligación de hablar a nombre del Congreso de Colombia, en la ceremonia de posesión del presidente Duque. O sea, interpretar la institucionalidad. Pero no lo hizo. Mejor se jugó la suerte por una intervención partidista, que le contó al mundo su versión manipulada sobre la situación que vive el país.

Su presentación fue desastrosa para la imagen de Colombia. Este político del Centro Democrático pretendió que fuéramos vistos como una nación  fracasada, en la que todos sus indicadores sociales y económicos son calamitosos. Algo que es falso

Imagínense qué pudieron pensar las delegaciones de los diferentes países y los representantes de los organismos multilaterales, de la cooperación económica, de las calificadoras de riesgo y de los bancos internacionales. Lo más seguro es que quedaron perplejos y desconcertados, entre otras razones porque el expresidente Santos tiene una imagen inigualable a nivel mundial.

Ojalá no suceda, pero el resultado de este desafortunado discurso del presidente del Congreso, podría llevar a la disminución de la calificación de riesgo país, dados los niveles de confrontación política interna, que podrían afectar sustancialmente la dinámica económica y poner en duda la aprobación de las reformas tributaria y pensional, que son esenciales para lograr el equilibrio fiscal en el mediano plazo.

Macias dibujó una situación tan caótica, que Venezuela bien podría ser un paraíso comparada con Colombia. Qué despropósito y qué daño le hace este político al buen nombre del país, el mismo que con tanto esmero recuperaron durante ocho años el presidente Santos y la canciller Holguín.

Flaco servicio le empezó a prestar el Centro Democrático al presidente Duque, porque además de tóxico, mentiroso, sesgado y oportunista, el discurso de Macías resultó siendo “fuego amigo”.

martes, 7 de agosto de 2018

SANTOS, UN BUEN PRESIDENTE


Resultado de imagen para JUAN MANUEL SANTOSNo cabe duda que el gobierno de Juan Manuel Santos fue bueno, aunque pudo ser mejor. Cuatro temas se destacaron en su gestión de ocho años. El primero, obviamente, fue haber logrado desmovilizar la guerrilla más antigua del Continente y frenar, en gran medida, una orgia de sangre que completaba más de medio siglo. Esta tarea ha sido reconocida por el mundo entero, menos por una fracción de colombianos, que siguen añorando una solución a sangre y fuego.
El segundo, son los avances en la lucha contra la pobreza y la miseria. Los indicadores son bastante positivos, aunque se requieren muchos más esfuerzos para lograr una mayor equidad social.
El tercero, hace relación con la política exterior. En este campo, Colombia ha ganado espacios muy importantes en el mundo, que se han traducido en la posibilidad de que podamos transitar libremente por más de 130 países, seamos parte de la OCDE y tengamos una invitación permanente a la OTAN.
Y el cuarto, pero no menos importante, lo significa la modernización de la infraestructura vial y portuaria. Además de los aportes a la disminución del déficit de vivienda. Ningún gobierno ha hecho tanto en estas materias, lo que representa un avance en este ítem de la competitividad.