Por Humberto Tobón y Tobón
Ojalá no existieran normas legales de protección ambiental para muchos empresarios privados, quienes las consideran talanqueras para sus propósitos de ensanchar inversiones e incrementar utilidades.
Estos empresarios se duelen porque hay una legislación ambiental que los sanciona cuando arrojan desechos químicos a los ríos, o ubican chimeneas en las fábricas, o hacen ruido excesivo en áreas residenciales, o lanzan a la calle los residuos peligrosos. Sus voces se levantan airadas porque esa clase de actitudes del gobierno son las que impiden que haya más crecimiento económico.
Un grupo muy representativo de inversionistas no creen que sea transparente la internalización de los costos de abatimiento de la contaminación, y defienden la tesis de que estos deben ser asumidos por toda la sociedad. En su concepto el principio de que “quien contamina paga” afecta sus niveles de competitividad, pues deben traspasar esos costos a los compradores finales de sus mercancías.
Para los miembros de este “exclusivo club de contaminadores”, las exigencias que hacen las autoridades comerciales de la Unión Europea sobre producción limpia, no son más que barreras paraarancelarias. Son contrarios a que sus gobiernos se sienten a negociar tratados bilaterales donde se planteen condiciones ambientales y fitosanitarias mínimas.
No están de acuerdo con el ISO 14.000, ni con los Sellos Verdes, ni con empaques reciclables. Mucho menos con impuestos por contaminación, ni con instrumentos económicos ni con medidas coercitivas.
Son indiferentes a los impactos negativos de sembrar ciertas especies que deterioran la calidad de la tierra. Atacan a las organizaciones ambientalistas que aconsejan no seguir ampliando las zonas agrícolas. Se duelen porque no se puede explotar comercialmente el bosque natural.
Son defensores a ultranza del uso ilimitado del carro. No creen en los informes científicos sobre el calentamiento global. Aman la gasolina y promueven estudios para que defiendan los beneficios de la combustión del carbón.
Esta cofradía de empresarios auspicia urbanizaciones para la pobrería en tierras susceptibles de riesgos por inundaciones, movimientos en masa o erosión. Son destacados comerciantes de fungicidas e insecticidas. Invierten en negocios relacionados con aerosoles y clorofluorocarbonados.
El poder que ejercen social, económica y políticamente es de tal magnitud que hace que muchas decisiones de gobierno sean echadas para atrás, pues afectan sus intereses particulares. Sin embargo, en ocasiones se encuentran con funcionarios responsables que no están dispuestos a ceder a sus caprichos. Este fue el caso de la CARDER[2], donde su equipo directivo se ha negado sistemáticamente a permitir que constructores privados (e incluso, públicos) desarrollen proyectos habitacionales en zonas que no cuentan con servicios públicos básicos; en terrenos inestables que pondrían en serio riesgo a las familias; en zonas que no tienen posibilidades de hacerle un tratamiento adecuado a las aguas residuales; y en sectores donde sería necesario deforestar muchas hectáreas de bosque.
La actitud asumida por la CARDER descuella ante la indiferencia de funcionarios públicos, quienes prefieren proteger el capital privado antes que al interés general. Es más valiosa para ciertas autoridades una zalema de los empresarios que la protección del medio ambiente.
Los dueños del capital que son insensibles a la tragedia ambiental, los funcionarios abyectos y los ciudadanos desinformados, deben comprender que el mundo está mirando con mayor atención lo que le está ocurriendo a la naturaleza, y por eso los jefes de las siete grandes naciones se centraron en analizar la relación pobreza-ambiente, y luego en la conferencia económica mundial de Davos, hablaron por primera vez de los efectos de la contaminación y el calentamiento global.
El mundo está mirando con desprecio a los depredadores ambientales.
[2] Autoridad ambiental en el departamento de Risaralda - Colombia
2 comentarios:
Hola humberto debo felicitarte por tus buenos documentos debemos hacer
epistemlogia para despertar una poblacon que cre en un milagro
LOS DEPREDADORES AMBIENTALES
Parese que el mundo con sus regiones muere a prisa en medios de sus leyes y congresos ante la desinformacion de las comunidades que apoyadas en una educacion no terrestre se sueñan con los megaproyectos de extracon de
la energia natural de nuestras regiones es el caso de los habitantes de CARTAGO VALLE QUE CELEBRARON EL 22 DE MARZO EL DIA MUNDIAL DELA AGUA Y CONCLUYEN UE TIENEN AGUA DE EXCELENTA CALIDAD ,e ignoran que el desarrollo tiene que destruir para producir y luego lo enmarcan como desarrollo sostenible,desconocen los cartagueños que sus aguas son impactadas por una poblacion de 250.000 habitantes de la ciudad de Pereira saludos
Buen artículo humberto, pero no entendí quienes son ese "club de depredadores ambientales". De otro lado el Objetivo del Milenio, # 7, "garantizar la sosteniblidad ambiental" muestrá cómo el tema debe ser un compromiso "minimo" de toda la humanidad. Un abrazo
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