Han pasado cinco semanas desde el triunfo de Juan Pablo Gallo
en la elección de Alcalde de Pereira. Su propuesta de Cambio fue acogida
mayoritariamente por los electores pereiranos. Ganó sin atenuantes y con cifras
históricas.
Los ciudadanos le dieron un mandato claro: Ejecute
el Cambio. Pero ¿qué tipo de cambio se quiere? ¿En qué asuntos? ¿Para
qué?
Lo primero que uno concluye cuando habla con los pereiranos,
es que ese Cambio debe significar el fin de una larga y penosa jornada en la
que la percepción de corrupción creció como espuma.
Otro aspecto que se deduce, es que se priorice de manera
técnica la inversión pública y que el modelo de planeación esté pensado para el
mediano y largo plazo, buscando que Pereira se convierta en una ciudad
sostenible. Las improvisaciones de los últimos años le han significado a
Pereira una gran pérdida de competitividad.
También es claro que hay un clamor para que el Cambio permita
disminuir los pavorosos índices de violencia y las desalentadoras cifras de
pobreza.
Recuperar el espacio público y mejorar la movilidad, son
también temas que están en la agenda de quienes esperanzados y jubilosos respaldaron
la propuesta de Cambio que hizo Gallo.
El nuevo Alcalde tendrá en sus manos una responsabilidad
descomunal: recuperar la gobernabilidad
en Pereira. Para ello debe acompañarse de gente capaz en la gestión
administrativa; mantener el respaldo político que lo llevó a la Alcaldía; conservar
el apoyo de la base ciudadana; mostrarse como un mandatario respetuoso,
inteligente y transparente; y evitar, bajo cualquier circunstancia, convertir
la institucionalidad en pequeños estanques de poder de los jefes políticos.
No es una tarea fácil, pero es posible. Todo depende del
temple del Alcalde que eligieron los pereiranos.
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