Juan Pablo Gallo puede convertirse en un fenómeno político y
administrativo del mismo nivel que han logrado, por ejemplo, Aníbal Gaviria,
Alex Char y Carlos Eduardo Correa. Es una persona joven, bien formada
académicamente, alejada de los escándalos, hábil, cercana a la gente y con gran
capacidad de trabajo.
Pero para llegar a ese punto que han logrado los mandatarios
de Medellín, Barranquilla y Montería, se requiere más que buenos deseos. Es
indispensable demostrar que es capaz de tomar decisiones por encima de los
intereses locales de los grupos políticos e incluso de las presiones de
organizaciones económicas que lo querrán cooptar. Pero obviamente trabajando
mancomunadamente con ellos.
Gallo prometió el Cambio y por eso 126.000 pereiranos
depositaron un voto de confianza en él, y derrotaron de paso, sin atenuantes,
al Partido de la U, que resultó tan perjudicial para la ciudad durante doce
años.
Ese Cambio los ciudadanos lo medirán, inicialmente, con la
designación del equipo de gobierno, y en este sentido el alcalde Gallo tendrá
que nombrar a los mejores, vivan o no en Pereira. Eso no importa. Los cargos
oficiales no pueden seguir siendo ocupados por un grupo de funcionarios que ha
demostrado total incapacidad para orientar a la ciudad.
Juan Pablo Gallo muy seguramente será capaz de definir un
equipo de colaboradores de primer nivel, y en eso deberán ayudar todos los
partidos y movimientos políticos que lo respaldan. Además, todos deben
comprometerse con un plan de choque que en los primeros 100 días recupere la
confianza ciudadana en el gobierno, a través de intervenciones en los temas de
seguridad, movilidad y transparencia, que son los más sensibles.
De otro lado, el Plan de Desarrollo de Pereira debe ser una
verdadera hoja de ruta, de mediano plazo, que le apunte ciertamente a los temas
básicos, especialmente aquellos de tipo social y ambiental que dominarán la
agenda pública y política en las próximas décadas y que están basados esencialmente
en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que tienen un capitulo muy
importante en el Plan Nacional de Desarrollo.
Hay un ambiente muy favorable para que Gallo Maya sea un
referente de buenas prácticas de gobierno en Colombia. Lo que se necesita es
que actúe en esa dirección. Los ciudadanos sin duda lo apoyarán, si ven que sus
propósitos son sinceros y positivos.
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