viernes, 2 de noviembre de 2007

GAVIRIA: EL ENTERRADOR DEL LIBERALISMO

La más grande equivocación histórica del liberalismo fue haberle entregado nuevamente la Dirección Nacional a César Gaviria Trujillo, quien con una meticulosa precisión fue derrumbando a sus contradictores, generando divisiones internas, conduciendo al Partido hacia la derecha, auspiciando vetos políticos, regresando a la vieja práctica de la “dedocracia”, desconociendo los estatutos, acercándose a los partidos uribistas, desvaneciendo la oposición y tramitando sigilosamente su aspiración de reelección presidencial en 2010.

Lo poco que había avanzado en democracia interna y en modernización ideológica el liberalismo, fue aplastado por la pragmática actitud de Gaviria de alejarse del debate ideológico, donde evidentemente siempre ha salido perdedor, para ingresar en la ruta de las componendas y las negociaciones.

La situación ha llegado a un punto tan crítico, que las organizaciones internas dispuestas estatutariamente para el estudio, el análisis y la investigación política, prácticamente desaparecieron. En tanto, los dirigentes que mantienen una posición crítica al interior de la colectividad y enarbolan una visión alternativa de desarrollo, fueron silenciados.

Los resultados de la gestión de Gaviria no pueden ser más lamentables. Fue contundente la caída en la representación parlamentaria, al punto de que el liberalismo, que siempre fue mayoría en el Congreso, ahora hace parte de las minorías. Mucho más desastroso es su balance en las elecciones Presidenciales, donde el número de votos fue el más bajo de los últimos treinta años y ampliamente superado por el Polo Democrático. Y ahora, perdió gran parte de su poder regional.

Gaviria se dedicó con un empeño y una meticulosidad digna de mejores causas, a evitar que líderes liberales tramitaran dentro del Partido sus aspiraciones electorales y decidió, en la más burda estrategia, recoger gentes de otros partidos para que representaran a la colectividad. El hecho de renunciar en Bogotá, por ejemplo, a tener un candidato propio, y plegarse a Peñalosa, fue una equivocación apenas comparable con la del Partido Conservador, que se resignó a no volver a presentar aspirantes suyos a la Presidencia de Colombia.

Si lo que persigue Gaviria es ir allanando el camino para convertirse en opción presidencial en 2010, está cometiendo una equivocación garrafal de cálculo, porque si existe un político desacreditado en Colombia, es precisamente él, quien en las encuestas aparece con niveles de rechazo que triplican su imagen positiva. Y la razón es muy sencilla: durante su gobierno le propinó un golpe de gracia a la economía nacional y adoptó unos postulados económicos que empobrecieron a la mayoría de los sectores y aumentaron despiadadamente la pobrería y la miseria en el país.

Todo esto conllevará, necesariamente, a que haya un replanteamiento en el corto plazo en la Dirección del Partido, antes que lo único que quede para recoger sea el envejecido aviso de la sede de la Caracas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr Tobón y Tobón:

Su análisis sobre el papel de Gaviria en el liberalismo es una desgracia. El liberalismo ha perdido las tres últimas elecciones presidenciales, no por Gaviria, sino a pesar de él. El nombre de esas derrotas se acerca mucho más a Samper y a Serpa que a Gaviria. Gaviria solo no podía, ni puede, sacar al Partido de la estupidez política en la que está. El país se ha derechizado, y el liberalismo, en ese contexto, escogió representar más a las minorías que a las mayorías, y escogió parecerse, mal, al Polo. En síntesis, si usted es de centro derecha, no mira al liberalismo, y, si es de centro izquierda, tampoco.

Su análisis del impacto económico del gobierno Gaviria también es una desgracia, que no se molesta por mirar mínimamente las cifras. Cuando Gaviria salió del gobierno, la economía crecía saludablemente. La crisis económica no fue en 1994, sino en 1999. Si usted quiere responsables de la crisis, búsquelos en el período 1994-1998, o en el período 1998-2002.

Gaviria no tiene que estar donde está. Él bien podría estar gozando de buen retiro, pero decidió, invitado entre otros por Samper mismo, prestarle un servicio a su partido por el cual ha pagado un precio personal muy grande, incluido el asesinato de su hermana. El descrédito en el que está Gaviria sucedió por haber aceptado volver al dirigir un Partido desacreditado. Es muy fácil para los liberales decir que su problema es Gaviria. Pero eso tonto y, peor aún, equivocado. El problema de los liberales es ellos mismos.

Anónimo dijo...

Señor
Tobon y Tobon.

El liberalismo no existe, el trapo rojo palidecio ante la arremetida del señor Uribe, quien ocupò cargos públicos en nombre de ese partido, menos el de primer mandatario. La culpa no es e Gaviria, sino de toda la dirigencia que les faltó grandeza, entereza y más cercanía con el pueblo colombiano.

Anónimo dijo...

Juan B. Abuchaibe Rocha

Da pena ajena y verguenza leer a estos dos comentaristas que me anteceden al decir lo que dicen de el Gran Partido Liberal, que hoy pasa por una crisis, si es cierto, pero NO por los que ellos dicen o por los que justifican, es por falta de fe y de lealdad a unas ideas que lo rigen. el Partido Liberal no puede ser de centro, ni de derecha, es y seguira siendo de izquierda, es lo que va intrinseco en sus ideales. Lo han traicionado los que se han acomodado a los beneficios personales y se han retirado de sus huestes para conseguir esos beneficios. Uno de ellos es sin duda el señor Gaviria, quien se endio a los intereses norteamericanos y abrio la libre importacion que los beneficio a ellos, pero perjudicó terriblemente a las empresas colombianas y con ello a los trabajadores que de ellas dependian. Esto con el beneficio personal de apoyarlo a él para ocupar la posicion de la OEA, donde fue apoyado en ambas ocaciones por los Estados Unidos.
Y ultimamente se ha entregado a apoyar al actual presidente Uribe, quien no va con los ideales del Partido Liberal, y quien fue uno de los primeros en alejarse y desconocer sus directrices, por eso no puede, hoy, ser apoyado por su directiva; eso que hace Gaviria es traición.