Lo que se
advirtió desde hace meses, infortunadamente ocurrió. Ello se refleja en una
declaración final decepcionante, que mantiene al Planeta en un camino bastante
inseguro y a ocho mil millones de personas en condiciones de vulnerabilidad
climática.
Se veía
venir el poderoso cabildeo de las compañías petroleras y carboníferas. Esto fue
advertido por organizaciones ambientalistas y denunciado por la prensa mundial.
Finalmente, ellos ganaron, al excluir de la declaración cualquier manifestación
de control estricto a estos combustibles contaminantes y frustrar la
posibilidad de que su influencia fuera en declive.
Y para
demostrar que los combustibles fósiles seguirán reinando en términos energéticos,
se aprobó que la COP28 se realice en Dubai en 2023. El chiste se cuenta solo.
Pero hubo
espacio para un contentillo a las voces críticas de las decisiones tomadas en
esta Conferencia de las Partes. Se anunció la creación de un Fondo de
compensación en beneficio de las naciones más vulnerables, que algunos llegan a
calificar como un hecho histórico.
La
dimensión, cuantía, beneficiarios y momento de operación de este Fondo, serán
definidas por una comisión de 28 países. Las posibilidades que funcione son muy
pocas, porque, en el pasado, iniciativas como esta han fracasado
estruendosamente. Recordemos dos casos: el primero, fue el acuerdo de los
países ricos en 2000 para financiar a las naciones pobres en el cumplimiento de
los objetivos de desarrollo del milenio; y el segundo, el acuerdo de aquellos
en 2009 de aportar anualmente cien mil millones de dólares para ayudar en la
transición energética de estos. En la evaluación, los aportes fueron iguales a
cero.
Antes de
llegar a la COP de Dubái, dentro de un año, seremos testigos de más desastres
que causará un clima variable, exacerbado por el aumento de emisiones de gases
de efecto invernadero. Seguiremos oyendo, durante los próximos meses, a líderes
que hablarán de enfrentar el cambio climático, pero no actuarán en concordancia.
Y las organizaciones ambientalistas exigirán poder llegar a esa conferencia en
2023, donde estará prohibida la protesta, so pena de encarcelamientos.
El mundo seguirá viendo aumentar la temperatura de la Tierra, gracias a la actitud complaciente de cada uno de nosotros, que en general nos resistimos a cambiar de hábitos de consumo y renegamos si algunos de los beneficios de los que disfrutamos y sobre los cuales creemos tenemos derecho absoluto, son retirados o recortados. Seguiremos consumiendo todo aquello que dañe nuestro entorno.
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