El gobierno colombiano estuvo gastando a manos llenas durante los últimos seis años. Ello lo pudo hacer porque privatizó la casi totalidad de las empresas públicas; vendió acciones de algunas entidades emblemáticas; impulsó reformas tributarias; obligó a los más ricos a pagar un impuesto para la guerra; contó con petróleo y carbón a precios altísimos en el mercado internacional; y tuvo una economía moviéndose en terrenos muy positivos, lo cual dejó varios billones más en las cuentas del Tesoro Nacional.
Pero la época de las vacas gordas se acabó para Colombia, en medio de una de las crisis económicas mundiales más pavorosas, que ha movido los cimientos del capitalismo, al derrumbarse el consumo, lo que ha sepultado a destacadas empresas de los sectores financiero, asegurador, inmobiliario y automotriz, que siempre fueron sinónimo de prosperidad, seguridad, lujo y distinción.
Lo que hoy enfrenta Colombia es una recesión económica, acompañada por el crecimiento del desempleo y un déficit fiscal que echará por tierra una parte importante de lo que se había logrado en seguridad, fortalecimiento militar y disminución de la pobreza.
Lo que vendrá será una nueva reforma tributaria, que gravará los salarios y aumentará el IVA. No se girarán más recursos para proyectos regionales de infraestructura. Aumentará el desempleo por la caída vertiginosamente de la producción, el comercio interno y las exportaciones. No aumentará el número de familias que reciben un cheque mensual del Estado y las que hoy hacen parte de los programas asistencialistas quedarán en vilo. No se podrá recurrir con facilidad por parte de las empresas privadas al crédito internacional, en tanto las inversiones externas serán marginales.
Aspectos como la baja de las tasas de interés de referencia del Banco de la República, la caída de la inflación y la inversión pública, que se asomaron en principio como opciones para disminuir los impactos de la crisis económica, han ido perdido importancia, dado que el sistema financiero ha mantenido incólume el costo del dinero y ha restringido el crédito. La inflación ciertamente está por debajo de las previsiones de las autoridades monetarias, más por los efectos de la recesión que por una interrelación positiva de las variables macroeconómicas. La inversión pública, que podría mover la economía, no tiene cómo arrancar debido a la carencia de recursos públicos suficientes, a un déficit proyectado de 10 billones de pesos y a la inexistencia de un ahorro real en el Tesoro Nacional.
Pero lo que sí es evidente, es que en medio de la hecatombe económica, la presencia activa de las FARC y los escándalos por corrupción, muertes extrajudiciales y parapolítica, está en furor la posibilidad de reelección del presidente Uribe.
5 comentarios:
Humberto. Muy bueno el análisis. Faltò incluir el pavioroso robo de las regalìas. Al fin el gobierno admite una verdad sentida. saludos.
Pd: Gracias por el movimiento continuo y oportuno de pensamiento.
El desempleo es una tragedia en medio de este crisis económica, y eso hará que sea mucho más lenta la recuperación de la economía de las distintas naciones, pero especialmente de las nuestras, tan pobres y dependientes. Agradezco el envios de sus comentarios, los cuales leo con especial atención.
Por eso somos el país de la felicidad. un presidente caricatura y unos seguidores que creen que todo eso que pasa es puro cuento.
Hecatombre? si, pero fraguada por el mismo gobierno al exonerar a los ricos e incrementar el iva para productos básicos como el queso y demás lácteos, vender los bienes de todos los colombianos para poder practicar un asistencialismo proveedor de votos para reelegirse, petroleo a altos precios pero al interior del país, la inversión pública carcomida por las licitaciones acomodadas y con comisiones para quien las adjudica, las excesivas concesiones a funcionarios públicos como vehículos a todo costo, conductores, guardaespaldas, primas y bonificaciones sin exigirles resultados. una banca agiotista que a pesar que el banco de la república redujo las tasas en un 50% no han bajado un punto las de sus colocaciones,y las gloriosas vias para la competitividad, solo ver la de quibdo a medellin o pereira y la salud, y la educación y la seguridad democrática con más atracos cada día y los desplazados y los ciertos negativos y y y hecatombe
Y bien lo dice usted "gastando a manos llenas...." porque inversion si fue muy poca la que quedó en infraestructura de algunas dobles calzadas y otros macro proyectos comenzados apenas....si, gasto toneladas de dinero que en su mayoria fue a parar a los bolsillos de los mismos servidores publicos que se enriquecieron de la noche a la mañana...le dieron mucho dinero a ganar a la banca y muy poco dinero llego realmente al pequeño productor, al parcelero, al hombre del pueblo....uribe ha gobernado para fortalecer al rico en el pensado de que al hacerlo este rico empleará mas pobres y repartira su riqueza con los demás....que mala politica la que nos ha regido en estos años....
Publicar un comentario