martes, 14 de abril de 2009

LO PEOR DE LA CRISIS ECONÓMICA ESTÁ POR VENIR

La crisis de la economía mundial apenas está comenzando. Lo peor está por venir. Es cierto que la crisis hipotecaria en Estados Unidos y varios países europeos ha golpeado sin misericordia a las familias. También es cierto que los bancos no fueron capaces de resistir la toxicidad de sus activos. No menos grave es la caída de las bolsas.

El primer capitulo de esta crisis universal de la economía ha dejado a millones de familia sin techo y sin empleo. Ha provocado que muchos millonarios ya no lo sean. Ha incitado a la desconfianza ciudadana en los mercados. Ha empezado a golpear la estructura fiscal de los Estados. Pero hace falta un segundo capitulo, que ya se está escribiendo, para desventura de millones de personas.

Este nuevo capitulo estará basado en la caída del consumo de las familias y en la cesación del pago de las obligaciones al sistema financiero por tarjetas de crédito. Estamos aproximándonos a una verdadera catástrofe.

Las familias, bien por una baja en sus ingresos o por previsión, ya no están comprando lo que tradicionalmente adquirían y esta es la causa para que los centros comerciales, las grandes superficies de alimentos, los restaurantes, los distribuidores de gasolina, los hoteles y las aerolíneas estén facturando menos y, por lo tanto, los fiscos locales y nacionales, para el caso colombiano, estén recibiendo menores ingresos por impuestos como IVA, Retención en la Fuente, Industria y Comercio y Predial, lo que pondrá en cuidados intensivos el gasto público.

Cuando las personas disminuyen su nivel de consumo, entonces se produce un fenómeno económico recesivo, que se origina porque la industria baja la producción, dado que el comercio vende menos, y entonces ambos sectores no tienen más remedio que disminuir costos, y uno de los más importantes es el laboral. Con más gente desempleada, la posibilidad de reactivar la economía por la vía de la demanda se hace casi que imposible y entonces empieza a ocurrir un hecho gravísimo: la deflación, o sea, una disminución generalizada de los precios, presionada por productores y comerciantes que requieren cubrir parte de sus costos de producción y ubicarse en un punto donde sus pérdidas sean menores, con los peligros que esto representa, especialmente por la propensión de los consumidores a no comprar a la espera de que los precios sigan bajando.

Estas familias con menores o inexistentes ingresos, tomarán la decisión de no pagar sus obligaciones financieras, especialmente las de las tarjetas de crédito, que les han servido en los últimos meses para intentar mantener el ritmo de consumo tradicional. Y eso conllevará, ya se está viendo en algunos países, a que se cierre o restrinjan todo tipo de préstamos, se pidan más garantías, y a que las economías nacionales tarden más tiempo del necesario en salir de la crisis, porque no sólo basta con poner a funcionar el sistema productivo, sino que se debe crear la confianza necesaria entre los actores de la economía.

Para el caso colombiano, se asegura que el sistema financiero está blindado y en capacidad de soportar cualquier tipo de turbulencia. Eso es lo que nos dicen todos los días las autoridades y gran parte de los expertos. Ojalá así sea. ¿Pero, se puede confiar en las afirmaciones oficiales, después de lo que ha ocurrido en la economía nacional en los últimos seis meses?

11 comentarios:

Evaristo Aguilar dijo...

Humberto, acabo de leer un envio de la afgencia AP http://www.semana.com/noticias-macroeconomia/wall-street-cae-cifras-desalentadoras-menudeo-inflacion/122845.aspx que demuestra que lo que tu dices en la columna es totalmente cierto. Muy interesante el análisis, el cual nos debe llamar a la reflexión y a una verdadera preocupación, especialmente cuando el gobierno nacional y el banco de la República insisten en tapar la verdadera dimensión de la crisis. Muchas gracias por sus envios.

Oswaldo Salgado dijo...

Muy dramático el panorama que usted está exponiendo y si eso es cierto tendremos con seguridad una crisis muy dolorosa.
Debo reconocer que todo lo que usted afirmar ya se está viviendo en otros países, esta mañana escuché en caracol cómo ya empezó la deflación en España y dicen que ese mismo comportamiento se irá regando por toda Europa.
Yo siempro lo leo, pero no había sacado tiempo para expresarle mis comentarios. Muchas gracias.

Olga V Dominguez dijo...

CLARO QUE NO NI EN RELACION CON ESTE TEMA NI EN RELACION CON NINGUNO ....MANEJAMOS VERDADES ENTREVELADAS

OLIVERIO HUERTAS RODRÍGUEZ dijo...

Si, pero no....

buen artículo Humberto, sin embargo desde mi punto de vista respetuoso y afectivo para contigo creo que hay algo en lo que debemos insistir: ya todos sabemos que la crisis existe, la percibimos ó nos ha tocado y por supuesto era de esperarse que el país no estuviera blindado en su totalidad como se mencionaba.



Así como conocemos que hay crisis, se sabe también que el papel de las expectativas en la economía como en la misma vida diaria es determinante, si todos salimos a la calle agarrados de los cabellos gritando que hay crisis y que no hay nada que hacer vamos a profundizar los temores y a ahondar el problema.

Por su puesto hay que reconocer que el escenario no es el mejor, pero en medio de este hay que más bien proponer que hacer. No estoy de acuerdo en que la deflación como tal sea mala, al contrario que bueno que haya control sobre los precios (ya sea desde el mercado o desde la intervención de las autoridades, que yo creo que en el país ha sido conjunta la cosa), lo peor que podría pasar en este momento es que hubiera estanflación, es decir, que dentro un estancamiento de la economía la inflación no cediera y al contrario aumentara.

Yo invitaría a las personas, a los hogares y a las empresas, que son como lo menciona el artículo, agentes muy importantes dentro de la economía, a que precisamente si tienen posibilidades de consumo y de inversión no las posterguen hasta cuando los economistas dejemos de hablar de la crisis, sino que la contrario aprovechen precisamente la caída en los precios y consuman e inviertan ya, y que en lo posible consuman bienes y servicios nacionales, las medidas anticiclicas no deben ser solo del gobierno deben ser de todos los que tengas posibilidades de implementarlas.

Cuando un agente planea invertir debe ser muy fino en sus análisis (en crisis y en no crisis), considerar todos los escenarios posibles, identificando beneficios y costos para maximizar su utilidad, el escenario de crisis debe contemplarse en los estudios de factibilidad que se adelanten pero no debe por si mismo el único elemento que frene la inversión, la decisión de invertir o no se define en los indicadores de rentabilidad financiera, social y económica y en elementos de viabilidad organizacional, jurídica y ambiental, en los que la crisis es uno de muchos determinantes.

En los análisis de factibilidad debe saberse que la inversión generalmente no se hace para uno o dos años, la inversión se hace para varios años y el periodo total varía dependiendo del tipo de proyecto, por citar un ejemplo la inversión que se requiera para la instalación de un cultivo de palma africana que se haga hoy como periodo cero empezará a generar plenos rendimientos en el año 5 y podrá generar rendimientos plenos por cerca de 25 años y aunque nadie se aventura a decir cuanto durará esta crisis, no va prolongarse por más de los 5 años que requiere el cultivo para dar esos rendimientos. Ejemplos como estos no solo hay desde cultivos de tardío rendimiento sino en vías, Investigación y desarrollo, obras civiles, compra de terrenos y muchas otras cosas más.

La actividad economía es cíclica y siempre los ciclos expansivos han sido más largos que las contracciones, después de la crisis de los años 30 que fue la más dura del mundo vino también el boom expansivo más grande que hemos observado, así que prepárate doctor Tobón porquecuando nos sobrepongamos a esto lo que viene son cosas bueno, yo creo que la crisis de las tarjetas de crédito no va a pegar tan duro en el país por que como lo hemos venido discutiendo la banca en Colombia solo le presta a los que demuestran que tienen plata, no a los más pobres que son los que más están siendo afectados por la crisis.

En este escenario tan difícil creo que hay dos grupos de personas : los que lloran y los que les venden pañuelos a los que lloran, creo que tu eres de los del segundo grupo y a todos nosotros nos toca buscar ser también de ese grupo.

Un abrazo,

Edison M.P. dijo...

Buen día: Este artículo nos ilustra a los que no sabemos mucho de economía y me deja la inquietud de que la crisis se refleja en Pereira, también, por la cantidad de carteles y avisos de SE ARRIENDA ESTE LOCAL o se VENDE ESTA CASA, informes...
Un rasgo de tus artículos es la claridad al exponer y desarrollar la idea central.
UN abrazo,

J. Ernesto De la Torre Fernández dijo...

Me importa una mierda lo que tengas que decir en adelante. Que te quede claro.

jose.antonio.idarraga.fernandez dijo...

Humberto estoy totalmente de acuerdo con lo planeado por usted en su articulo. Una consulta cuándo me puedo tomar un tito con usted, me invita o lo invito, más por el placer de saludarlo

julio hernan quintero giraldo dijo...

Respetado Humberto:
Gracias por el informe y honestamente me gustaría mucho seguir recibiendo más sobre este tema.

Otoniel Arango dijo...

FELICITACIONES POR LLEGAR A LAS GRANDES LIGAS DEL PERIODISMO, QUE EL GRAN ARQUITECTO TE SIGA ILUMINANDO

Aristobulo Gutiérrez dijo...

Este artículo publicado en la revistra Semana http://www.semana.com/noticias-economia/llega-recesion-colombia/123089.aspx le da toda la razón a los que usted está planteando, porque la crisis ya se nos vimo encima y el gobierno sigue diciendo que aquí todavía no está pasando nada y por eso no toma las medidas que se deben tomar para enfrentar este problema, que nos va a golpear bien duro.

Yolanda Urueña dijo...

Me alegra su comentario, porque pone en contexto la realidad del tema del crédito en Colombia. Mire cómo el Banco de la República le da la razón a usted en el sentido de que la gente ya no está consumiendo. Y además, el presidente Obama busca cómo proteger a los consumidores de los tentaculos de las empresas de tarjetas de crédito. Muy bien por su análisis, que es lo de pocos que he leido que se atreve a llamar las cosas por su nombre en un país enseñado a que le mientas o digan verdades a medias. Un abrazo sincero