viernes, 15 de noviembre de 2019

ADIÓS PACHO DIAZ


Por estos días, en 1980, acogí la invitación de Luis Francisco Diaz Cardozo para escribir una columna sobre atletismo en el tabloide La Tarde, con el beneplácito del innolvidable Hernán Castaño Hincapié. En esa época yo era un destacado atleta juvenil, con varios campeonatos nacionales a cuestas y muchos récords en mi haber.

Diaz hacía parte de una pléyade de excelentes comentaristas deportivos como Gonzalo Valencia, Henry Carvajal Castro, Daniel Alfonso Benítez y Hugo Ocampo Villegas, que tenían la característica de no haberse dejado atrapar únicamente por el futbol, y abrían la puerta para hablar de otras actividades deportivas.

Con Pacho, como todos lo llamábamos (creo que nunca hubiera contestado por su nombre de pila), entablé una excelente amistad, al punto que cuando me lesioné y tuve que abandonar la práctica del atletismo, me propuso que presentara mi hoja de vida para hacer parte del nuevo equipo de redactores de La Tarde, cuando en 1982 dio el salto de tabloide a tamaño universal y montó su propia rotativa.

Con apenas 20 años de edad tuve la entrevista de ingreso con Alejandro Galvis Ramírez, el nuevo socio mayoritario del periódico liberal y recuerdo que en la hoja de vida de forma Minerva, puso grande “campeón nacional”. Cuando salí, me dijo en la puerta, queda contratado y señaló a Pacho Diaz y le advirtió “usted se encarga de él”. Y sí que lo hizo.

Fueron muchos años de estrechas relaciones de compañerismo con él en la sala de redacción de La Tarde.

Tenía un sentido muy desarrollado para encontrar las palabras exactas que definieran un acontecimiento deportivo. Era justo en su análisis y un compañero excepcional, que no alimentó odios ni conflictos; por eso todos le tuvieron una especial estimación, y eso explica por qué la noticia de su fallecimiento, en la tarde de hoy (15 de noviembre), nos llenó de congoja a quienes tuvimos la ocasión de compartir con él. Y en mi caso particular, porque fue un excelente tutor en mi formación como periodista y como ser humano.

Pacho, descanse en paz y un abrazo fraterno para su esposa e hijas.



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