domingo, 24 de mayo de 2020

LA POBREZA MONETARIA CRECERÁ COMO ESPUMA


Familia que habita en una zona vulnerable de Cartagena, en el sector conocido como “la falda” del cerro de La Popa.
Todos los estudios de las entidades públicas nacionales, los centros académicos especializados y los organismos internacionales, coinciden en que una vez concluya la pandemia de la Covid19, la pobreza crecerá, aunque difieren en su magnitud.

La última cifra de pobreza monetaria revelada por el DANE, da cuenta de que en 2018 esta llegó al 27%, creciendo 0,1 punto porcentual (pp) frente a 2017 (un primer signo de alarma). En cifras redondas, los pobres sumaban 13 millones.

Frente a la ocurrencia de la Covid19, Planeación Nacional hizo público entre los especialistas un estudio (primero de mayo de 2020) sobre los impactos de esta pandemia en las cifras de pobreza. El escenario más positivo es que la pobreza monetaria crecería 3,5 puntos porcentuales y los pobres serían 15,4 millones al finalizar 2020. El escenario más negativo (aunque es el más realista), concluye que habría un aumento de la pobreza de 9,6 puntos porcentuales, lo que significa que Colombia tendría 18,4 millones de pobres.

La  Comisión Económica para América Latina, prefirió irse por una línea intermedia y dice que la pobreza aumentaría 5.5 puntos porcentuales y que el país finalizaría el año con 16,4 millones de pobres.

Mientras que la Universidad de Los Andes a través del Observatorio de Coyuntura Económica y Social, concluyó que la pobreza nacional por ingresos aumentaría 15 puntos porcentuales y esto afectaría a 21,2 millones de personas.

Dicho de manera más sencilla, los estudios consideran que llegarían a la línea de la pobreza entre 1,8 millones y 7,5 millones de nuevas personas. Un hecho histórico que hace que los avances logrados por Colombia en la última década prácticamente se pierdan en tres meses.

Las razones de este dramático aumento de la pobreza tienen que ver con las consecuencias generadas por el confinamiento obligatorio ordenado por las autoridades gubernamentales, que paralizó alrededor del 80% de las actividades económicas e hizo que se perdieran 1,6 millones de puestos de trabajo formal (dato DANE de enero a marzo de 2020) y que la mayoría de la población en condición de informalidad se quedara prácticamente sin ingresos, golpeando especialmente a aquellos considerados como de clase media-baja (muy vulnerables), o sea familias con ingresos mensuales cercanos a $1,2 millones.

Teniendo como base el informe de Planeación Nacional (mayo 2020), los departamentos del eje cafetero, por ejemplo, tendrían impactos severos. En el mejor escenario Caldas aumentaría la pobreza de 22.1% (2018) a 25% (2020), Quindío de 24,1% a 28,3% y Risaralda de 17,7% a 21,3%, respectivamente.

En el peor escenario, pero más realista, la pobreza aumentaría con base en los datos de 2018 en 11,6 puntos porcentuales (pp) en Caldas; 11,3 pp en Quindío; y 12,3 pp en Risaralda, lo cual dejaría el índice de pobreza monetaria al finalizar 2020 en 33,7%, 35,3% y 30,1%, respectivamente, en cada uno de estos tres departamentos.

La solución a estos gravísimos impactos está en las decisiones macroeconómicas del gobierno nacional y en el comportamiento de la economía general del país. Las autoridades municipales y departamentales tienen una contribución marginal en los temas de pobreza monetaria.

miércoles, 13 de mayo de 2020

EL REVOLCÓN QUE CAUSA LA COVID19


Prevención: ¿Usar tapabocas evita la propagación del COVID-19? El ...La Covid19 llegó para convulsionar la sociedad. Nadie se salva de su espectacular y terrorífica irrupción. Todos los sectores han sufrido el impacto demoledor de esta pandemia, que recorre los confines de la Tierra, dejando a su paso desolación, pobreza, miedo y muerte.

Con la aparición del coronavirus se aceleró con excepcional rapidez el destape de nuestras heridas sociales, que estaban cubiertas por el maquillaje de las estadísticas y de los sonoros discursos que pregonaban una realidad esplendorosa y un futuro brillante y colorido.

La pandemia dejó al desnudo que nuestra realidad es crítica. Que los que posaban como “clase media” enfrentan una crisis de liquidez que los pone contra las cuerdas en condición de vulnerabilidad. Que quienes habían creído que se habían librado de la pobreza, con seguridad volverán a caer en ella. Que los ricos, saben que tendrán que pagar la reconstrucción social y económica del país y que si no lo hacen se enfrentarán a una crisis sin precedentes y con consecuencias inenarrables.

También la Covid19 apabulló la economía y está a punto de demoler el equilibrio de las finanzas públicas. Además, mostró la cara cínica y el comportamiento impúdico de unos banqueros que están pavimentando el camino ardiente que recorrerán hacia el infierno.

Igualmente, la pandemia proyectó la conducta estúpida de líderes como Trump y Bolsonaro, la imprevisión de Johnson y la decepción que produjo en millones de latinoamericanos la actitud de López Obrador.

El abandono, el hambre y el sufrimiento de millones de personas no han sido óbice para que la malignidad de los corruptos aparezca por todas las hendijas, tal como ocurre en Colombia, donde hasta los militares aprovechan para desangrar las finanzas públicas y echarse a la bolsa muchos pesos (dólares y euros), sabiendo que ese dinero hace falta para paliar las necesidades de esas familias que están obligadas a una repetición de cuarentenas, sin que tengan la seguridad de sus alimentos y para garantizar el funcionamiento de los hospitales, carentes de medicamentos y equipos para atender a los infectados.

Covid19, sin embargo, también ha puesto de presente la solidaridad de millones de personas que trabajan por el bienestar de los más desvalidos y el desprendimiento y el compromiso del personal médico, que a pesar del desprecio de algunos sectores de la sociedad y del gobierno nacional, siguen dando la batalla por arrebatarle a la parca miles de enfermos.

Además, la naturaleza ha tenido un respiro. El aire está muy limpio, el agua es más cristalina y los animales menos amenazados.

La pandemia nos ha cambiado el presente. ¿Ocurrirá lo mismo con el futuro?

miércoles, 6 de mayo de 2020

LOS ESTRATOS MEDIO-ALTOS ATRAPADOS EN CUATRO PAREDES


Un destacado consultor me expresó su arrepentimiento de haberse trasladado de su casa campestre en un condominio de la Sabana, a un bellísimo y muy bien ubicado apartamento del norte de Bogotá, en el sector de La Cabrera, “que me costó un ojo de la cara… ni te imaginas”.

-          Cómo te puedes arrepentir, si los apartamentos de ese sector son muy amplios, le dije
-          Tienes razón, me contestó. Pero en estas condiciones de cuarentena, son una pesadilla. Estás encerrado en una jaula lujosa, pero al fin y al cabo una jaula donde no puedes moverte con total libertad, y especialmente cuanto tienes niños, como en nuestro caso, manifestó con cierto acento de dolor y de resignación.

Mi amigo consultor sigue respondiendo por sus responsabilidades laborales desde su casa, a través del teletrabajo. Atiende no menos de ocho reuniones virtuales al día.

Tiene dos hijos, una niña de 13 años y un niño de 7 años. La empleada doméstica no pudo volver por las restricciones de movilidad. Esto quiere decir que tanto a mi amigo como a su esposa, les toca realizar las labores de limpieza y de cocción de alimentos.

La esposa de mi amigo consultor, es fisioterapeuta y dado que no puede atender personalmente a sus pacientes, lo hace a través de una plataforma virtual. Los dos hijos reciben clase casi 8 horas diarias a través de internet.

-          No te imaginas esta locura. Los cuatro hablando al tiempo. Ninguno se concentra y eso nos produce, a veces, irritación y genera algunos conflictos.

El único alivio para el matrimonio, es la salida al supermercado de acuerdo con el “pico y género”. Cada uno, cuando le toca el turno, camina hasta la tienda más lejana que pueden, sin salirse del perímetro definido por la Alcaldía Mayor. Lo hacen despacio. Normalmente se toman una hora.

-          Me conozco casi toda la arquitectura de séptima y de la 82. Detallo cada edificio. Estoy seguro de saber cuántas ventanas hay en cada uno, dijo irónicamente.
-          Hubieras estado mucho mejor allá en el condominio de Chía, repliqué.
Casas en Venta en Cundinamarca - Vivienda Nueva y Usada-          Pues claro. La casa tiene un lote grande y el condominio cuenta con senderos peatonales que eventualmente se pueden utilizar. Allá se podía pasar mejor esta penuria. Ala, no me hagas recordar.

Los grandes constructores y los expertos en urbanismo, han expresado en los últimos días que el mercado inmobiliario tendrá cambios sustanciales en los próximos años a raíz de esta pandemia, y la posibilidad de que un evento de estas mismas características se pueda repetir.

Creen los especialistas y los inversionistas del sector de la construcción, que la gente va a preferir vivir en espacios más amplios, preferiblemente en casas, y tratarán de encontrar, los que lo puedan pagar, sitios fuera de la ciudad, donde cuenten con una oferta de parques, senderos, áreas recreacionales y de ocio.

La mayor parte de las casas campestres para estratos medio-altos cercanas a Bogotá, están ubicadas en Chía, Cajicá, Tabio, Sopó, La Calera y Guasca. Su valor oscila entre US$350.000 y US$1.000.000. Las inmobiliarias reportan que han aumentado ampliamente las solicitudes de información respecto a estas propiedades. Y que hay inversionistas pensando en desarrollar proyectos de vivienda unifamiliar, no necesariamente campestre, con valores que iniciaría en US$230.000.

lunes, 4 de mayo de 2020

COVID 19 MATÓ UNA RELIGIÓN ECONÓMICA


El Neoliberalismo es “una religión” para un amplio grupo de economistas y empresarios que creen que la economía debe ser totalmente libre, sin ninguna atadura o restricción por parte del Estado. No tiene nada que ver con el pensamiento político Liberal.

Los neoliberales son defensores a ultranza de que el gasto público sea mínimo y que bienes y servicios que tradicionalmente han estado en manos del gobierno como la salud y las pensiones, pasen a los privados sin mayores restricciones.
Las 12 Características del Neoliberalismo Más Destacadas - Lifeder

También presionan los neoliberales que los impuestos sean pagados por las clases trabajadoras y se libere de ello a los grandes capitales y a las empresas, con el argumento de que generan riqueza y empleo. “Privatizar el Estado”, es su lema.

La concepción neoliberal es que el gobierno se encargue de la Seguridad Nacional y de atender sectores muy pobres de la sociedad, ofertándoles servicios reducidos en salud (régimen subsidiado), en acueducto (mínimo vital) y en educación (siempre deficitaria, sin equipamiento y en instalaciones derruidas).

Con la ocurrencia de la pandemia de Covid19, esos economistas y empresarios implacables en favor de la libertad del mercado y de la mano invisible que orienta la economía, hacen fila para suplicarle al gobierno que intervenga, que les preste o regale dinero, que les compre su cartera o perdone sus deudas, que pague la nómina de sus trabajadores, que presione la emisión de moneda… que no los deje morir.

Si no fuera por la gravedad de la situación social y económica originada por Covid19, las declaraciones de los líderes empresariales y gremiales, y de distinguidos e inteligentísimos economistas, darían para escribir el guion de una comedia.

Se derrumbó el Neoliberalismo. Muchos gobiernos de países desarrollados están tomando posesión de las empresas privadas para poder salvarlas. Las autoridades monetarias le están poniendo freno a la especulación bancaria y los están metiendo en cintura. Incluso, algunas autoridades no usan el sistema financiero para intermediar las colocaciones de crédito o la oferta de ayuda a los empresarios, lo hace de manera directa.

domingo, 3 de mayo de 2020

JOHN JAIRO VELÁSQUEZ UN HOMBRE DECENTE


John Jairo Velásquez Cárdenas tiene una historia de servicio a Pereira y Risaralda desde la política, la administración pública y el deporte.

Su largo recorrido profesional ha estado marcado por los éxitos y por una hoja de vida intachable, sin ningún escándalo de corrupción o nada que se le parezca.

Conocí a John Jairo Velásquez mientras yo era el redactor político del periódico La Tarde. Fungía entonces como jefe del Nuevo Liberalismo. Luego seguí de cerca su actividad como director del Sena y como Gobernador de Risaralda, además como líder de la estructuración de la remodelación del aeropuerto Matecaña y la renovación del estadio olímpico. Lo ví actuando como concejal, diputado y parlamentario.

Siempre sobrio y amable, se ganó la confianza de la dirigencia deportiva nacional. Ha estado al frente de los grandes eventos deportivos realizados en Pereira y Risaralda durante las últimas tres décadas. Fue presidente del comité organizador de la copa mundial de la FIFA en Colombia (2011); miembro del comité que organizó la copa América en 2001; presidente del comité organizador de los primeros juegos de los países del Pacífico; director general de la vuelta a Colombia juvenil (1987) y de la vuelta a Colombia para mayores (1989); presidente del comité organizador del suramericano de baloncesto juvenil (1983); presidente de las ligas de ciclismo y baloncesto en Risaralda; y presidente del Deportivo Pereira, amén de otras muchas responsabilidades.

John Jairo Velásquez figura en la terna para dirigir los Juegos Nacionales de 2023. Es el candidato más opcionado y quien posee la mejor hoja de vida. En sus manos quedaría muy bien la organización de este evento que se realizará en el eje cafetero y seguramente será manejado con total transparencia, para que no se repita en Colombia la vergonzosa historia que sucedió en Ibagué en años pasados.

John Jairo es un hombre decente y eficiente. Acertará el gobierno nacional al designarlo en esta responsabilidad.