viernes, 27 de diciembre de 2019

EL SEGUNDO TIEMPO DE TAMAYO


Los risaraldenses sentimos un gran orgullo de nuestro pasado y agradecemos los esfuerzos de los padres fundadores por librar las batallas que le dieron forma y lustre al departamento. Pero hoy, nuestra mirada está puesta en el horizonte. Tenemos la obligación moral y política de otear el futuro y tratar de encontrar el camino que nos conduzca a nuevos escenarios de desarrollo, donde además de apropiarnos de las nuevas tecnologías y de beneficiarnos de la cuarta revolución industrial, conquistemos un mayor bienestar humano.

A partir del primero de enero de 2020, Risaralda tendrá un nuevo timonel. Se trata de Víctor Manuel Tamayo, quien ha dado muestras de querer propiciar la construcción de consensos políticos para formar un gobierno que trabaje para que la gente viva mucho mejor. Para que más niños y ancianos tengan una alimentación segura. Para que más adolescentes y jóvenes puedan ingresar al sistema educativo. Para que más padres y madres de familia cuenten con la garantía de un trabajo permanente y seguro. Para que los enfermos tengan alivio a sus dolencias con una atención oportuna y humanitaria. Para que las familias vivan tranquilas y sin miedo. Para que en el campo los agricultores y sus familias sean sujetos de derechos. Para que los deportistas sientan orgullo de portar la bandera y escuchar las notas de su himno. Para que los cultores del arte cuenten con el respaldo para seguir creando. Para que las mujeres sepan que tienen oportunidades igualitarias y que son respetadas. Para que las minorías étnicas conserven su cultura, sus costumbres y sean tratados como ciudadanos de primera.

Víctor Manuel Tamayo será gobernador por segunda vez y podrá impulsar muchos de los proyectos que emprendió y no fueron continuados. Podrá fortalecer aquellos proyectos que lideró y que ahora son una realidad pública. Tendrá la oportunidad de promover las iniciativas de los gobernadores que lo precedieron. Quienes lo conocen, aseguran que abrazará con emoción los nuevos retos que impone su cargo, luego de ocho años de haber terminado su primera tarea al frente del Departamento.

Durante una charla que tuve con el gobernador Tamayo, me dijo que el desarrollo humano será la prioridad de su gestión. Que los instrumentos que usará para mejorar las condiciones de vida de miles de risaraldenses serán los Objetivos de Desarrollo Sostenibles. Que su gran esperanza es que Risaralda pueda crecer más rápidamente, pero que ese crecimiento toque a muchas más personas y beneficie a la mayoría de familias.

Ojalá le vaya muy bien en esta nueva travesía.



lunes, 2 de diciembre de 2019

DUQUE SIGUE HACIENDO PIRUETAS CON EL IVA


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Hace un año el ministro de hacienda Alberto Carrasquilla, propuso  gravar toda la canasta familiar con IVA, con lo que mejorarían los ingresos fiscales, pero se le devolvería este impuesto a los más pobres, calculando que podrían recibir, cada una de las familias, alrededor de $51.000 mensuales. Y su propuesta se complementaba con bajarles a todos los contribuyentes el impuesto del 19% al 17%.

Esa propuesta resultó siendo el principio de la monumental caída de la popularidad del presidente Duque, quien ahora, en el peor momento de su gobierno, vuelve a insistir en la devolución del IVA al 20% de los pobres colombianos (quedarían por fuera cerca del 9% de la totalidad de los pobres), pero sin  que se afecten los precios de la canasta familiar con este impuesto.

Duque busca que la propuesta que ayer lo castigó tan duramente, ahora sea la que lo ponga en sintonía con alrededor de 3,5 millones de familias que se beneficiarían de una devolución mensual cercana a $60.000 por parte del Ministerio de Hacienda, pues según los cálculos del gobierno, una familia pobre destina cerca de $316.000 de sus ingresos a comprar productos que tienen IVA.

Lo que el gobierno no ha explicado con claridad, es de dónde van a salir cerca de $3 billones anuales que cuesta esta devolución, y cuáles programas sociales se van a ver afectados para financiar esta propuesta gubernamental. Como dicen los expertos en economía “nada es gratis”. Para devolver $3 billones, lo más seguro es que le recortarán esta cifra a muchos programas sociales que benefician a esas 3,5 millones de familias atrapadas en la pobreza. Aunque queda la alternativa, de no recortar nada, pero subir drásticamente algunos impuestos o contribuciones a quienes no están en esa bolsa de la pobrería.

De otro lado, las piruetas del presidente Duque con el IVA pretenden, también, tener tres días al año sin que se pague este impuesto, para que las familias compren útiles escolares, algunas tecnologías, calzado, electrodomésticos y confecciones, con el fin, dice el gobierno, que se liquiden las existencias de los comerciantes y se dinamice la producción.

Esta fórmula, que surge del sombrero de mago del Presidente, es una improvisación mayúscula, que puso felices a los comerciantes y que debe, si se aprueba la ley de financiamiento, poner en alerta a las ligas de consumidores, para que no ocurra que se manipulen los precios con anterioridad, y los dueños de las mercancías se apropien del IVA y terminen perdiendo las finanzas públicas y los compradores.