jueves, 27 de junio de 2019

¿LAS REDES SOCIALES GARANTIZAN UN TRIUNFO ELECTORAL?


Resultado de imagen para redes socialesMiles de seguidores de un político en campaña electoral en una red social no significan miles de votos. Incluso, puede no significar votos. La gente adhiere a la invitación virtual de un candidato o toma la decisión de unirse a una propuesta política específica por curiosidad, por hacer un favor o por una sincera manifestación de aprecio. Y puede ocurrir que los ciudadanos sean permanentes usuarios de la información que les comparte una campaña o sujetos desinteresados por los mensajes que les llegan. Y estos últimos son la mayoría.

El candidato siempre tiene la emoción de ver crecer su número de seguidores en la red (casi nadie se desafilia de una red, simplemente la ignora), está expectante a los “me gusta” y constantemente consulta los comentarios que le hacen. Su ánimo sube o baja de acuerdo con el comportamiento de las redes sociales.

Pero resulta, en general, que todo es un espejismo. Normalmente la mitad de los seguidores del candidato terminan siendo robots que dan “likes” y que incluso tienen la capacidad de responder de acuerdo a ciertas palabras-comando que aparecen en los mensajes.

El crecimiento de “amigos” de un candidato en una red es una estrategia para “empoderarlo” y ponerlo en condiciones de supuesta superioridad frente a sus contendores, quienes luego, según su estrategia, son capaces de desbancarlo de la “supremacía” y aparecen como nuevos poderosos líderes de la virtualidad. Es un juego bastante inocuo e insulso, especialmente cuando el propósito de los estrategas es intentar igualar el número de seguidores al número de simpatizantes y a la cantidad de votos que se esperan conseguir.

Las redes son muy importantes para entregar información sobre propuestas políticas, incentivar debates sobre temas específicos, mostrar una imagen personal o partidista y tratar de cautivar la intención electoral con una comunicación más personalizada.

Pero creer que muchos seguidores son muchos votos; que las encuestas virtuales definen tendencias de intención electoral; que pocos “like” son el acabose de una campaña, y que los insultos son una muestra de lo que piensa la mayoría de la opinión pública; son errores garrafales en los que no puede caer una campaña política. Como tampoco es benéfico, menospreciar las bondades de las redes sociales. Todo en su justa medida.

domingo, 16 de junio de 2019

¿SE PUEDE CREER EN LAS ENCUESTAS?


Las encuestas son un poderoso instrumento de análisis de la realidad política, pero no es la realidad política. Ayudan a entender fenómenos, pero no representa la verdad. Lo que dicen o pretenden decir las encuestas, depende de quién las esté leyendo. Todas las interpretaciones son válidas y todas las proyecciones son posibles, para nada es seguro.

Dado el mal uso que se le da a las encuestas, estas han ido perdiendo importancia y confiabilidad en la opinión pública, pero su utilidad sigue intacta, en la medida en que sean realizadas con rigor científico.

Las encuestas no eligen alcaldes, ni gobernadores, ni presidente. Pero permiten mirar tendencias y establecer el clima de opinión pública sobre los temas que son de su interés. Y es aquí donde radica lo verdaderamente importante para los políticos: la temática.

Es muy probable que los encuestados mientan sobre el candidato por el cual van a votar, y eso desestabiliza cualquier pronóstico electoral. Pero, con seguridad, no mentirán sobre sus problemas, sus inquietudes y sus esperanzas. Y si los políticos logran leer el panorama social y económico de los electores, entonces tendrán la oportunidad de convencerlos y atraer su voto con propuestas realizables.

Quienes estén aspirando en el actual debate político, cometen un grave error al confiar ciegamente en los resultados de las preferencias de voto de las encuestas, y muy especialmente si estas se realizan con tanto tiempo de antelación al proceso electoral.

Hace cuatro años, faltando casi 8 meses para las elecciones, en Bogotá se daban estos resultados (Datexco Company S.A. para La W): Clara López (35,4%), Enrique Peñalosa (19,3%), Rafael Pardo (14,4%), Pacho Santos (9,3%) y Martha Lucia Ramírez (9,1%). La realidad fue: Enrique Peñalosa (33,1%), Rafael Pardo (28,5%), Clara López (18,26%) y Pacho Santos (12%).

En julio de 2015, una encuesta para las elecciones de Gobernación de Risaralda (Cifras y Conceptos S.A.) mostraban el siguiente panorama: Víctor Manuel Tamayo (43%), Sigifredo Salazar (14%) y Germán Aguirre (11%). El día de las elecciones el resultado fue: Sigifredo Salazar (47,73%), Víctor Manuel Tamayo (30,07%).

¿Por qué la realidad es tan distinta al resultado de las encuestas, cuando estas se hacen con tanta anticipación? La explicación la dan las mismas encuestas. En un estudio realizado por Cifras y Conceptos S.A. para el Partido Liberal, se asegura que cuando faltan seis meses para las elecciones, sólo el 6% de la gente decide su voto. El 16% faltando tres meses. El último mes el 28%. El fin de semana antes el 20%. Y en las urnas (en el momento de votar) el 26%.

A esto se debe agregar un dato impresionante, que revela que la mayoría de los votantes no son fieles todo el tiempo, y eso se traduce en que el 62% asegura, de acuerdo con varios estudios de opinión púbica, que pueden cambiar su preferencia de voto sin problema una o varias veces antes de llegar a las urnas, y que en esto influye la imagen del candidato, los escándalos, sus propuestas, la publicidad y sus compañías.

Un hecho local en Pereira muestra esa realidad de toma de decisiones electorales en la recta final de la campaña por parte de los ciudadanos. En 2011 faltando tres semanas para las elecciones Gallup (octubre 5) publicó la encuesta sobre intención de voto para la Alcaldía: Juan Manuel Arango (39%) y Enrique Vásquez (25%). Las elecciones dejaron un resultado distinto: Enrique Vásquez Zuleta (40,4%) y Juan Manuel Arango (39,1%).

Otro ejemplo sobre esto en 2011, mucho más dramático, se presentó en las elecciones para alcaldía en Bucaramanga, donde la encuesta de Gallup faltando nueve días para las elecciones (octubre 21) daba estas cifras: Carlos Arturo Ibañez (41.4%), Juan Carlos Alvernia (27.6%), Sergio Isnardo Muñoz (11,3%) y Rodolfo Hernández (11,2%). El resultado electoral fue un golpe a las predicciones: Rodolfo Hernández (28,8%), Carlos Ibañez (27,1%), Juan Carlos Alvernia (20,1%) e Isnardo Muñoz (11,2%)

Finalmente, la mentira en las respuestas de los encuestados crea un ambiente de zozobra electoral. Todos saben que eso ocurre, pero la gran mayoría de candidatos, especialmente cuando ganan en las encuestas, se resisten a creer que están siendo engañados. Un hecho internacional nos sirve de ejemplo: Hillary Cinton se daba como segura ganadora con cuatro puntos porcentuales por encima de Trump, y perdió.

Y mentir durante una entrevista para encuestas, puede ser una forma de ocultar sus pensamientos sobre temas críticos o plegarse al nombre de un líder que conquista una mayoría ficticia, con la convicción de que no votará por él. Son comportamientos sicológicos complejos y fenómenos sociológicos que se están tratando de explicar, pero que seguirán están ahí, afectando las predicciones electorales.

La recomendación es trabajar más en conquistar eficazmente el electorado y dejar de pensar tanto en los resultados de las encuestas, porque las variaciones en la opinión pública son profundas y crean muchísimas decepciones y frustraciones políticas.

lunes, 3 de junio de 2019

ARRANCÓ LA CAMPAÑA POR LA ALCALDÍA DE PEREIRA


Con la definición de Adriana López Giraldo como candidata del Centro Democrático a la Alcaldía de Pereira y de Carlos Maya como candidato del Partido Liberal, arrancó en serio la campaña electoral en la capital risaraldense, que también tiene una serie de aspirantes en el proceso de recolección de firmas, y otros que buscan crear una alianza de la centroizquierda.

Adriana López lidera el proyecto político del Centro Democrático, que intentará conquistar el voto que tradicionalmente ha sido adepto al expresidente Uribe, pero también sumar apoyo de distintas organizaciones sociales, de empresarios y ciudadanos comunes y corrientes, que ven en ella la esperanza de darle un impulso a Pereira desde el punto de vista económico y social. E incluso, se sabe de la llega de militantes rasos de otros partidos, que son antiuribistas, pero que sostienen la tesis de que “aquí lo importante es la persona y sus propuestas, no su militancia política”.

Carlos Maya cuenta con el respaldo del alcalde Juan Pablo Gallo. Lleva diez meses en campaña política y tiene el apoyo de la mayoría de diputados y concejales de la ciudad, pero poca aceptación de las bases ciudadanas. En las encuestas serias, realizadas por firmas nacionales, Maya no se logra despegar del lote de aspirantes, cuando en condiciones normales debería mostrar una diferencia sustancial frente a sus competidores.

El resto de candidatos está en proceso de consecución de firmas por movimientos significativos de ciudadanos y las fuerzas de centro e izquierda intentarán definir un candidato único entre Carlos Alfredo Crosthwaite, la cabeza más visible de la oposición desde el Concejo Municipal, que cuenta con el apoyo del Polo Democrático, Colombia Humana y Unión Patriótica y una o un representante del Partido Verde.

Entre quienes recogen firmas está Mauricio Salazar, quien fue representante a la cámara por el Partido Conservador. Carlos Botero, que fue elegido dos veces gobernador de Risaralda. Carolina Bustamante, quien ocupó un cargo de secretaria de despacho en la alcaldía de Pereira. Los tres llevan casi seis meses en el proceso de recolección de firmas y ello les ha permitido una alta exposición mediática y la posibilidad de hacer publicidad en los espacios públicos. Pero sólo Salazar ha tenido un buen reconocimiento entre la opinión pública y ha liderado encuestas, pero su dinámica de crecimiento ya se detuvo.

Las alianzas políticas que siempre fueron muy importantes para garantizar un triunfo electoral en Pereira, en esta ocasión se marchitaron institucionalmente, porque los concejales y diputados de los partidos Cambio Radical, la U y Conservador están negociando individualmente, lo que no implica compromisos partidistas.

Además, entre los partidos Centro Democrático y Liberal están intentando seducir a Mira y Colombia Justa Libres, que hacen parte en el escenario nacional de la coalición de gobierno del presidente Duque.

Lo que ocurrió en los meses pasados fue un precalentamiento electoral, que dejó a algunos aspirantes exhaustos. Lo que está pasando hoy, es el inicio de una campaña por la Alcaldía de Pereira que se prevé muy disputada, donde desde el despacho del alcalde Gallo se engrasará una poderosa maquinaria compuesta por 1.850 contratistas y por decenas de presidentes de juntas comunales y de comuneros. Al lado contrario, hay una ciudadanía que mira con desconfianza las manifestaciones de fuerza del candidato gubernamental y trata de buscar entre los otros nombres la opción que mejor le convenga a una ciudad que requiere urgentemente dar un salto al futuro.