viernes, 17 de abril de 2020

¿LA CLASE MEDIA COLOMBIANA CAMINO A LA POBREZA?

4 razones que explican por qué las clases medias no prosperan en ...Hubo mucha emoción entre las autoridades colombianas y entre los comentaristas cercanos al gobierno, cuando el BID dijo, a mediados de 2015, que más de la mitad de los habitantes pertenecían a la clase media. Un éxito, gritaron todos.

Para el DANE la definición técnica dice que pertenecen a la clase media las personas que tienen ingresos mensuales entre $450.000 y $2.250.000 y que por lo menos tres miembros del hogar estén en este promedio. Con base en estas cifras y en las perspectivas futuras de crecimiento y de desarrollo, Colombia pensó que podría lograr en 2030 tener el 64% de su población en esta categoría.

Pero todas estas ilusiones de mantener en crecimiento una clase media a la colombiana, donde una persona gana diariamente entre $15.000 y $75.000, se han esfumado con la actual crisis originada por la pandemia del coronavirus y deja al desnudo la realidad en que viven alrededor de 26 millones de colombianos, quienes enfrentan dificultades para garantizar su sostenimiento y son vulnerables.

Los expertos en economía y voceros gremiales, confirman que una disminución del empleo es inevitable y que las cifras de desocupación irán en aumento, debido a que sectores altamente demandantes de fuerza laboral y que son el motor de la economía como, por ejemplo, la construcción y el turismo, se demorarán en reaccionar, dadas las dificultades de adaptarse a las normas de bioseguridad, que exigen distanciamiento social y altas inversiones en procesos de prevención, adaptación y desinfección.

El gobierno colombiano ha dictado muchos decretos en el marco de la emergencia sanitaria y ha tratado de reaccionar de manera oportuna. Pero a pesar de la cantidad de normas, estas están resultando insuficientes y en ocasiones ineficaces, porque los tomadores de decisiones siguen apegados a fórmulas que sólo funcionan en la teoría o en condiciones de normalidad, pero no tienen la misma vigencia en situaciones excepcionales.

Una economía con menor demanda tendrá consecuencias gravísimas y un proceso de recuperación muy lento. Por esto, la tarea del gobierno es garantizar que los ciudadanos mantengan su nivel de ingresos y su capacidad de gastos, colaborando con las empresas para el pago de las nóminas e irrigando dinero entre los informales y las poblaciones vulnerables, asegurándose, de paso, que los sectores agropecuario y agroindustrial estén en plena marcha y los productores tengan la certeza que sus cosechas las van a vender con un margen que les permita obtener utilidad.

Para mantener en operación la economía colombiana, el gobierno tendrá que acudir a todas las formas de financiamiento, incluida emisión primaria del Banco de la República. En las actuales condiciones, lo que menos importa es la regla fiscal y el nivel de riesgo que otorguen las calificadoras.

Japón, Alemania, Estados Unidos, España y muchos otros países del mundo les están entregando a sus habitantes dinero permanente para que gasten en sus necesidades básicas e intentan proteger el nivel de vida, para que no crezca el número de personas atrapadas en la pobreza, usando todos los instrumentos a su disposición y rompiendo con la ortodoxia en el manejo fiscal.

miércoles, 15 de abril de 2020

EL VIACRUCIS FISCAL DE LOS DEPARTAMENTOS


El peso colombiano, la moneda con mayor rendimiento de LatinoaméricaLos departamentos colombianos están urgidos en este momento a realizar modificaciones sustanciales (y dolorosas) en la focalización de la inversión de los planes de desarrollo para el cuatrienio 2020 – 2023. Las razones son de carácter fiscal.

El primer impacto negativo surge de los efectos de la cuarentena por coronavirus, dado que las fuentes de financiación de recursos propios de las gobernaciones se afectaron gravemente: bajaron los consumos de cerveza, licores y cigarrillos y, por tanto, el recaudo del impuesto de estos productos. Adicionalmente, cayó la venta de lotería, chance y otros juegos de azar, con los cuales se financia parte de la salud. El impuesto de registro y anotación no se mueve por la falta de negocios de bienes raíces. Los ingresos por estampilla se resienten ante la disminución de la contratación pública en las gobernaciones. Y el porcentaje que se obtiene del impuesto a la gasolina es mínimo, debido a que la mayoría de automotores están parados.

Un primer análisis a nivel nacional indica que si se logra regresar a la normalidad a finales de abril, la caída anual de los ingresos de los departamentos podría estar rondando el 27%. Pero la situación se complica si la cuarentena se alarga hasta mayo, pues el efecto en las finanzas sería un bajonazo aproximado al 50%, sin contar el coletazo para 2021.

El segundo impacto negativo surge de la caída de los precios internacionales del petróleo, lo cual afectará los fondos de regalías, que es de donde los territorios toman dinero para ejecutar muchos de sus proyectos de inversión. En el bienio 2021-2022 se verán las consecuencias de los menores recursos que se tendrán disponibles en Regalías.

El tercer efecto negativo está en la poca disponibilidad que tendrá el gobierno nacional, en los próximos 18 meses, de girar dinero para apalancar o cofinanciar proyectos de inversión en los departamentos, ya que se presentará una caída de por lo menos $10 billones en el recaudo impositivo por la inactividad de la economía durante las cuarentenas que el gobierno ha tenido que decretar y que ha afectado a casi todos los sectores.

La consecuencia lógica de toda esta problemática es que el plan plurianual de inversión de cada departamento, que normalmente se elabora con ciertos niveles de seguridad, dados los comportamientos históricos de los ingresos, ahora está cubierto por un manto de total incertidumbre.