A la crisis generada por la
pandemia, se unió una protesta social que frenó en gran medida el aparato
productivo de la región, y una larga temporada de lluvias ha dañado importantes
tramos de la infraestructura vial y productiva a lo largo y ancho el
departamento.
Estos tres problemas no han sido
óbice para que el gobernador Víctor Manuel Tamayo siga aplicando su experiencia
y los recursos técnicos y económicos a su disposición, para ejecutar un plan de
desarrollo basado en la innovación social y productiva, que le permitirá a
Risaralda desatar sus potencialidades y avanzar a toda velocidad por la
autopista de la competitividad.
La pandemia obligó a que los
recursos públicos del departamento tuvieran que concentrarse, durante un
tiempo, en atender la emergencia social y apostarle, con toda decisión, a
evitar que la enfermedad se saliera de control, ofertándoles, de paso, ayudas a
las familias para que paliaran algunas de sus preocupaciones y necesidades
básicas.
El gobernador Tamayo, diestro en
el trabajo comunitario, puso en operación una estrategia que ha ayudado a que
miles de familias en los catorce municipios, puedan sobrellevar su tragedia
económica y evitar que el hambre los apesadumbre.
En el informe de gestión del
segundo año del gobernador Víctor Manuel Tamayo, se descubre que ha logrado mantener
vigentes sus prioridades de promover el crecimiento del departamento, sin quitarle
el pie al acelerador de los proyectos que apuntan a superar la crisis social
Sus resultados son muy positivos en
viabilizar el campo; convertir el turismo en un sector líder de la economía;
abrirle espacio a la innovación por la vía de la investigación científica;
recuperar el hospital San Jorge de la terrible crisis financiera que
atravesaba; estrechar los lazos con el sector empresarial; ofertarles
nuevamente a los jóvenes de los municipios la posibilidad de estudiar en la
educación superior y, respaldar iniciativas de pequeños y medianos productores.
Pero sus dos grandes triunfos se
deben a su persistencia. Cada obstáculo que le pusieron en el camino, tratando
de minarle su ánimo, sirvió para que forzara el paso. Esos triunfos son el
hospital de alta complejidad que ya tiene asegurados $0,6 billones y que
empezará a construirse en 2022; y la obtención del control, junto con el Valle
del Cauca, del peaje de Cerritos II, que permitirá realizar inversiones en los
dos departamentos por cerca de $1,2 billones, que cubrirán 300 kilómetros de
infraestructura vial.
Víctor Manuel Tamayo ha enfrentado
con éxito la adversidad.
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