El
Neoliberalismo es “una religión” para un amplio grupo de economistas y
empresarios que creen que la economía debe ser totalmente libre, sin ninguna
atadura o restricción por parte del Estado. No tiene nada que ver con el
pensamiento político Liberal.
Los
neoliberales son defensores a ultranza de que el gasto público sea mínimo y que
bienes y servicios que tradicionalmente han estado en manos del gobierno como
la salud y las pensiones, pasen a los privados sin mayores restricciones.
También
presionan los neoliberales que los impuestos sean pagados por las clases
trabajadoras y se libere de ello a los grandes capitales y a las empresas, con
el argumento de que generan riqueza y empleo. “Privatizar el Estado”, es su
lema.
La
concepción neoliberal es que el gobierno se encargue de la Seguridad Nacional y
de atender sectores muy pobres de la sociedad, ofertándoles servicios reducidos
en salud (régimen subsidiado), en acueducto (mínimo vital) y en educación
(siempre deficitaria, sin equipamiento y en instalaciones derruidas).
Con la
ocurrencia de la pandemia de Covid19, esos economistas y empresarios
implacables en favor de la libertad del mercado y de la mano invisible que
orienta la economía, hacen fila para suplicarle al gobierno que intervenga, que
les preste o regale dinero, que les compre su cartera o perdone sus deudas, que
pague la nómina de sus trabajadores, que presione la emisión de moneda… que no
los deje morir.
Si no fuera
por la gravedad de la situación social y económica originada por Covid19, las declaraciones
de los líderes empresariales y gremiales, y de distinguidos e inteligentísimos
economistas, darían para escribir el guion de una comedia.
Se derrumbó
el Neoliberalismo. Muchos gobiernos de países desarrollados están tomando
posesión de las empresas privadas para poder salvarlas. Las autoridades
monetarias le están poniendo freno a la especulación bancaria y los están
metiendo en cintura. Incluso, algunas autoridades no usan el sistema financiero
para intermediar las colocaciones de crédito o la oferta de ayuda a los
empresarios, lo hace de manera directa.
1 comentario:
Además se le suma al problema, la falta de liderazgo para diseñar políticas públicas innovadoras y flexibles que pongan en cintura la especulación, y que brinde confianza a las inversiones públicas y privadas, así como el aseguramiento de los servicios básicos.
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