Fue
ampliamente reconocido en el mundo empresarial colombiano por sus actuaciones
en los sectores financiero, cafetero, de la construcción y la aviación. Se distinguió como uno de los coleccionistas
de arte más prominentes del país.
En Pereira,
sus inversiones en el sector inmobiliario permitieron un desarrollo urbanístico
sin precedentes de la ciudad desde la década de los años setenta.
Contribuyó
de manera decidida en varios proyectos de importancia para Pereira y Risaralda
y fue un importante lobista cívico ante el gobierno nacional para el trámite de
los mismos.
En la última
década su empresa Vertical de Aviación tuvo un papel esencial en el proceso de
reconstrucción en Afganistán, como contratista del Departamento de Defensa de
los Estados Unidos, además de haber internacionalizado su empresa en varios países
de América Latina.
Un abrazo
solidario a María Paulina Espinosa, sus hijos Fernando, Paula y Mauricio, a sus
hermanos Fabio Alfonso y Alberto, a sus sobrinas y sobrinos, y muy especialmente
a mi cuñada Adriana y mi esposa Ana Milena, quienes participaron en varios de
sus proyectos empresariales.
Que el
creador lo acoja en su reino. Bien se lo merece por ser un ciudadano ejemplar y
un excepcional miembro de familia.
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