El profesor de la Universidad Católica de Risaralda, Antonini
de Jiménez, defendió y justificó el genocidio de casi 50 millones de indígenas
durante los periodos de la conquista y la colonia, la mayoría cometidos por los
españoles desde México hacia el sur.
Jiménez, a quienes sus allegados y alumnos lo llaman “toñito”,
diminutivo de Antonini, aseguró que no había posibilidades de una
reconciliación dialéctica entre una civilización (española) y otra que no era
una civilización (comunidades indígenas), lo que implicó “que una tenía que perecer. ¿Cuál?, la primitiva”.
Y en medio de una mueca burlona, “toñito” aseguró que ese
perecimiento lo sufrieron los ibéricos a manos de los fenicios. Y con total
naturalidad afirmó que “en Europa nadie
tiene un problema en aceptar esto, como tenían que hacer los indígenas de mano
de occidente, y bendito sea el Señor, que así ocurrió”.
“Toñito”, quien dice ser doctor en economía y se
autocalifica como filósofo autodidacta, habló en un foro en la Asamblea de
Risaralda, a propósito de la conmemoración de la invasión española hace 530
años.
Pasando por alto el aniquilamiento de los millones de
indígenas por parte de la corona española, durante más de tres siglos, afirmó
que era necesario poner en la balanza el oro que se robaron y lo que ellos
dejaron en materia cultural, religiosa, económica, comercial, lingüística e
institucional. “¿Cuánto vale esto y cuánto
vale el oro?, para ver quien sale a deber”.
Y con liviandad académica y argumental, “toñito” concluye
que “si España no hubiera venido, acá, no
se hablaría español hoy. Acá no habría mestizos”.
El profesor Jiménez Castillo tiene toda la libertad de
expresar sus ideas, pero claramente no tiene derecho a justificar aquí uno de
los más grandes genocidios de la historia, que va en contra de la memoria y los
derechos ancestrales de dos millones de indígenas que viven en Colombia y de
los miles y miles de africanos esclavizados que murieron, tratados como
animales, durante la Colonia española.
A mí me indignan las palabras de Antonini, y me desconcierta,
en grado sumo, que los intelectuales locales guarden silencio ante semejante
justificación de un genocidio en suelo americano, pero se rasguen las vestiduras
por el ascenso del neofascismo europeo. Incomprensible.
A “toñito”, quien fue un vocero radical antivacuna durante la
pandemia de Covid 19, supuestamente “en
nombre de la libertad”, es bueno recodarle que los pueblos indígenas no necesitaban
un idioma, porque tenían 1.200.
En América vivían alrededor de 60 millones de nativos, que
formaron unas culturas sólidas, con organización social y política eficiente,
distribución igualitaria del trabajo, habilidades excepcionales en la agricultura,
constructores fenomenales y con un comercio dinámico entre lo que hoy llamamos
norte y sur.
Para finalizar, imagínense una escena como la protagonizada
por este profesor español, pero en la Knéset, el parlamento
de Israel, defendiendo la teoría de que la Alemania de Hitler tenía derecho a
imponer su “superioridad racial” y
que los judíos debían agradecer sin chistar. Ya voy Toño.
*Estos conceptos no
comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy subgerente de planeación regional.
10 comentarios:
Es una embarrada que cometió el señor y el debate ya tiene varios titulares. Buena columna
https://pilasciudadano.com.co/deconstruyendo-un-vergonzoso-discurso-en-el-corazon-de-risaralda/
Muy bien artículo Humberto, ese personaje español es una vergüenza y una afrenta directa contra la dignidad de nuestros indígenas y nosotros mismos. Muchos españoles que vienen a hacer negocios en nuestro país o a supuestamente "enseñar" piensan lo mismo que este señor, así no lo mencionen, pero nos tratan como si aún estuvieran colonizandonos.
Nuestro país está lleno de este tipo de personajes perversos e ignorantes y lo peor muchos dentro del sistema educativo
Horrible
Por supuesto que es indignante , aterra además que esa forma de ver y aceptar esta ignominia se haga con argumentos como civilización y no civilización ! Una “civilización” apoyada en la posesión y uso de armas más letales, aparte del racismo velado y despreciable adobado con la codicia y una fe manipuladora. Así construyen una historia justificada, por el simple hecho de sentirse “vencedores” Y no falta quien la aplauda.
Hágame el favor!!!
Excelente
Soy consecuente con su analisis
La Universidad debiera de despedirlo por semejante afrenta a nuestros antepasados. Todavía nos cree indios el atorrante este!!!
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