Trump no se fue por las ramas y
puso a Estados Unidos por fuera de la Organización Mundial de la Salud, en plena
pandemia de Covid 19. Acercó a los más fieros contradictores de Estados Unidos
y se alejó del multilateralismo y especialmente de Europa. No le dio ninguna
importancia a América Latina y se apoderó del BID.
El presidente Trump reniega de
los científicos y los militares norteamericanos, promulga el racismo, no cree
en los procesos de paz y odia a los migrantes.
A pesar de esta nefasta lista,
Trump aumentó en ocho millones de votos su cauda electoral, frente a lo
conseguido en 2016. Una situación asombrosa, que demuestra la profunda división
social y política que se vive en Estados Unidos.
La llegada de Biden-Harris es
asumida por el mundo libre como una esperanza de que será posible vivir sin
miedo. Es seguro que la nueva pareja de la Casa Blanca se comportará de manera
diametralmente distinta de lo que hace el actual inquilino, cuyas mentiras han
degradado la política y puesto en pie de guerra a algunas facciones de
norteamericanos que creen en las teorías de la conspiración.
Biden ya tomó algunas decisiones.
Conformó un equipo científico para hacerle frente a la pandemia, luego de casi
250 mil muertos en Estados Unidos, sin que el gobierno federal adoptara
acciones serias y responsables para frenar su expansión.
El electo Presidente, ya advirtió
que retomará la agenda Obama en materia ambiental, lo que significa el impulso
a fuentes de energía limpia y el regreso al Acuerdo de Paris. Abre la
posibilidad de tener unas relaciones más cercanas con América Latina y, sin
duda, será un impulsor del cumplimiento de los acuerdos de paz, en lo que se
refiere a Colombia.
Volverá el multilateralismo a la
agenda norteamericana, tal como confían los gobiernos democráticos y se
sembrará esperanza sobre la paz mundial, especialmente en temas como el acuerdo
de prohibición de armas nucleares.
Muy seguramente para recobrar la
unidad americana, impulsará el dialogo pluripartidista. Se moderarán las
políticas migratorias y no se consentirán los abusos de la Policía y de los
supremacistas blancos contra negros, latinos y asiáticos.
Biden, que es un político de
carrera, hábil en el manejo de crisis y con la experiencia suficiente en tejer
alianzas, sabrá calmar las turbulentas aguas que hoy sacuden a Estados Unidos y
podrá ser un líder carismático, afectuoso, cercano y responsable, que unirá a
los habitantes en torno a grandes proyectos económicos, sociales, científicos y
ambientales.
*Estos conceptos no
comprometen a la RAP Eje Cafetero, entidad de la cual soy subgerente de
planeación regional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario