Cómo
es posible que en el área de la Laguna del Otún persista la ganadería
extensiva, sin que ninguna autoridad haya actuado para frenar este desafuero.
Cómo se explica que el proceso de deforestación del ecosistema de la Laguna del
Otún haya convertido este sector en un desierto.
Con
qué derecho se ha arrasado con las coberturas vegetales endémicas, para ampliar
las áreas agrícolas en sectores del Parque Nacional Natural Los Nevados y muy
especialmente en el Páramo de Santa Isabel y el Paramillo del Quindío, donde el
primero ha perdido la mayor parte de su manto de nieve, y el segundo sea, como
dijo el Procurador Nacional Ambiental y Agrario, un “peladero”.
A
la Laguna del Otún que se surte del deshielo del Nevado de Santa Isabel, según
los expertos, le quedarían doce años de existencia, mientras que para el
Ministerio Público, no tendría más de cuatro años de servicio ambiental.
Lo
que vieron funcionarios de la Carder, Ministerio de Ambiente, Parques
Nacionales y la RAP Eje Cafetero, cuando visitaron hace algunos días la Laguna
del Otún, fue un enorme desierto con olor a azufre. También se encontraron
ganado y siembras de papa, actividades que están prohibidas y que deben ser
proscritas, para que no le sigan causando daño a un ecosistema del cual depende
el agua para alrededor de cuatro millones de personas que viven en cuatro
departamentos. A esto se debe sumar la prohibición total del turismo, que está
afectando drásticamente el entorno y sólo permitir el ingreso de investigadores
y del personal que estará a cargo en su recuperación.
Por
fortuna para este ecosistema, el Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Ibagué declaró el Parque Nacional Natural de
Los Nevados como sujeto especial de derechos para su protección, recuperación y
conservación con enfoque integral. De esta manera se esperan proteger las
58.300 hectáreas de su extensión.
Esta decisión judicial implicará que 16 municipios de Caldas,
Quindío, Tolima y Risaralda, además de sus autoridades ambientales, los ministerio
de Ambiente, Minas y Transporte, las agencias de minería, licencias ambientales
e infraestructura y Parques Nacionales, empiecen a hacer inversiones en este
complejo de paramos y nevados.
El ministro de Ambiente, en visita a Manizales, anunció que
con dineros de cooperación internacional se invertirán $22.000 millones en la
intervención en Santurbán – Berlín, Guanacas – Puracé – Coconucos, Pisba y Parque
Los Nevados. Una buena intención, pero con recursos evidentemente muy escasos.
Ante la inminencia de que la Laguna del Otún se sequé en los
próximos años, el director de la Carder, Julio César Gómez, anunció un plan de
intervención en la zona
amortiguadora del páramo, una tarea que también deben acometer las otras
autoridades ambientales de la región.
Gómez
está de acuerdo con erradicar todas las actividades antrópicas relacionadas con
la minería, agricultura y ganadería, e incluso con el ecoturismo de esta zona
de paramos, que deberían ser, en su consideración, santuarios de conservación,
en los que haya una restauración activa con especies endémicas y la promoción
de corredores biológicos.
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Los argumentos del texto no comprometen a la
RAP Eje Cafetero, entidad de la cual soy Subgerente de Planeación Regional.
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